La caída de inversiones extranjeras (IE) en Panamá ha sido dramática. Desde su pico de $5,550 millones en el 2018 a solo $1,379 millones hasta septiembre 2023. Estados Unidos, Canadá y México, lideraron estas inversiones con más del triple que cualquier otra región como Europa, Suramérica y Asia.
¿Por qué se frenó el flujo de IE a Panamá? Fueron varias las razones, pero las más visibles y difíciles de olvidar para los inversionistas fueron el haber establecido relaciones diplomáticas con la República Popular China (RPC) en el 2017, la accidentada definición del estado legal de la minera Cobre Panamá y las bajas destrezas técnico – profesionales de la fuerza laboral.
¿Por qué afecta el establecimiento de relaciones de Panamá con la RPC? Porque China es el mayor reto que enfrenta nuestro principal socio, aliado e inversor: Estados Unidos. Los sistemas económico, político e ideológico chino, no son compatibles con los de ellos ni con los nuestros.
Con esta relación, el gobierno de la época prefirió abrirles las puertas a funcionarios chinos para que promuevan los intereses de su país al interactuar con representantes del gobierno, empresas locales, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación, instituciones educativas y ciudadanos privados, olvidando que su principal doctrina, el comunismo, no es opuesta a la nuestra. Ese gobierno prefirió esto en lugar de fortalecer los más de 120 años de relaciones con Estados Unidos.
Tampoco ayudó que los últimos gobiernos dejaran operar a la canadiense minera Cobre Panamá en un limbo jurídico para luego manejar con secretismo las negociaciones contractuales que terminaron con un masivo rechazo y la contundente decisión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que provocó la terminación de las operaciones de la mina. Al final, esto hizo que los inversores interpretaran “que las condiciones y derechos que le ofrezca hoy pueden cambiar”.
Finalmente, la fuerza laboral disponible tiene pocas destrezas y competencias como lo demuestra que solo el 17% logra conseguir un empleo formal. Parte del problema recae en las mismas empresas donde solo el 8.6% invierte en formación de sus empleados contra un 40% de las empresas que sí lo hacen en Costa Rica.
Las organizaciones gremiales empresariales deben involucrarse y proponer que cualquier empresa sea por IE o no, que obtenga algún tipo de beneficios del Estado sean estas exoneraciones, excepciones, incentivos de fomento, tratados comerciales, u otros, debe destinar un porcentaje de sus ingresos a la formación continua de sus empleados.
En resumen, dos de los tres principales generadores de IE en Panamá, han sido alejados por los últimos gobiernos y las empresas hoy, tienen pocos incentivos para formar a sus empleados.
La nueva administración gubernamental debe enviar un mensaje claro y alto a los inversionistas empezando por decir que las instituciones funcionan (fallo de la CSJ sobre minería), que la democracia está vigente (elecciones populares), que hay estabilidad política y que sí existen incentivos para establecer inversiones.
Esa nueva administración debe declararla atracción de IE como “política de Estado”, alineando a todas las instituciones públicas bajo el “paraguas” de Pro-Panamá (que además debe redoblar esfuerzos en minimizar la burocracia y tramitología). Los esfuerzos en la atracción de IE se deben focalizar en el mercado con mayor potencial e incentivos para ellas; Estados Unidos, en donde Panamá ya tiene 8 consulados y una embajada, son una plataforma formidable que serviría de base de operaciones en la promoción y la atracción de IE.
Pero para garantizar un nivel de éxito aceptable, las acciones que se realicen deben estar dirigidas a empresas de sectores específicos donde estas puedan ver con claridad los beneficios de tener una operación en Panamá y su impacto en los resultados. A manera de ejemplo: ensamblaje de; aparatos médicos portátiles y/o técnicos, equipos eléctricos industriales livianos y del hogar, maquila de implementos médicos, procesamiento de conservas naturales, manufactura de medicamentos, implementos cinematográficos y otros. El TLC Panamá- EU ya ofrece grandes beneficios para esto.
Estos son solo algunos de los sectores que ya están siendo impulsados por la ruptura internacional en la cadena de suministros y que están incluidos en el TLC con EU. Existen otras áreas que vienen creciendo por el gran impulso que se le ha dado a la industria automotriz eléctrica donde sin duda, habrá una gran demanda de partes, piezas y semi conductores.
El autor es expresidente del Consejo Empresarial Estados Unidos – Panama
