Exclusivo Suscriptores

Prioridades para una agenda necesaria

Esta semana participamos de una reunión sumamente importante convocada por la Dirección Regional de Educación de Panamá Oeste. La reunión, de carácter informativa, donde participaron directores escolares del área oeste, además de otras instituciones que forman parte de la red interinstitucional, sirvió para discutir sobre temas relacionados a la atención de los niños y jóvenes estudiantes, mediante la orientación y prevención a nivel regional.

El propósito principal de la reunión consistió en coordinar esfuerzos para la implementación de programas relacionados con la salud física y el bienestar emocional de los estudiantes. En esta pequeña asamblea tuvo un importante papel la intervención de la Policía de Niñez y Adolescencia que hizo una presentación relevante que ayudó a tener un panorama del escenario sociocultural de la juventud y también la intervención de la Fiscalía de la Niñez y Adolescencia que dio orientaciones sobre la parte legal del problema.

También opinaron los docentes. Para ellos no es fácil tener que confrontar diariamente en un salón a más de 35 estudiantes por grupo. Para un director de escuela no es cómodo tener que cuidar a más de 3 o 4 mil estudiantes en una escuela. Para la policía de niñez y adolescencia es imposible vigilar a miles de estudiantes antes de entrar o salir de la escuela. Las actuales condiciones sociales han incrementado las amenazas en la juventud y la niñez y están aumentando los casos de drogas y violencia de manera alarmante. Un monstruo que crece y que pone en peligro a las familias.

En nuestra intervención, antes de presentar los programas de gestión cultural desde la lectura que llevamos con el Ministerio de Cultura en centros escolares, hicimos una breve reflexión sobre la importancia de la cultura en la prevención y sensibilización. Dijimos que la cultura tal vez no sea la panacea ni la vacuna para todos los problemas que tiene la vida cotidiana, una tesis que venimos reiterando en un discurso hace mucho tiempo. Dijimos que leer bien o escribir bien y leer mucho no es garantía para ser una mejor persona, pero que puede ayudar a las personas a tomar decisiones que pueden cambiar su vida.

Dimos ejemplos de cómo en barrios vulnerables hemos trabajado con niños y adolescentes que al principio dibujaban monstruos con pistolas y fusiles, y que en el proceso los dibujos evolucionaron de las armas a una escoba o un monstruo que ayudaba a una anciana a cruzar la calle. Citamos a mujeres que estuvieron presas por tráfico de drogas y que no sabían hacer nada más y logramos que vieran en el mundo una posibilidad, aunque el sistema no las ayudaba demasiado. En fin, la lectura o la cultura del libro puede ayudar a las personas a tomar mejores decisiones. No siempre se logra el éxito en todos los procesos de gestión cultural, pero es algo que debemos medir y evaluar.

Sin embargo, urge que, en todo el país, las autoridades de Meduca hagan lo que se está tratando de hacer en Panamá Oeste: crear articulaciones donde todas las instituciones pongan su interés en la juventud y la niñez, porque todos estamos de acuerdo, al menos eso quiero pensar, en que no es solo con la amonestación y el castigo como vamos a frenar los delitos en la escuela. La escuela no es la misma desde hace un tiempo. La misma realidad del contexto donde viven los niños y jóvenes no es la misma desde hace varios años. Los lobos ahora miran hacía las escuelas porque son un mercado para ellos vender su basura.

Es sumamente urgente que aprendamos de una vez por todas a trabajar juntos. En algunos espacios con políticas más duras y en otros con estrategias que pueden tener un relato coherente en un escenario donde las políticas de cultura y lectura son tomadas en cuenta para prevenir. La lectura está implícita en todos los acontecimientos humanos y es un eje transversal que los cruza. ¿Cuántas veces no hemos oído decir que un libro es más poderoso que una pistola? No es una metáfora.

Repito: la cultura y el libro no son una varita mágica que transforma de un momento a otro la realidad. Los programas de fomento de lectura deben ser un proceso constante. Deben diseñarse para permitir reajustar constantemente la percepción del mundo dentro del cual viven los niños y jóvenes. No deben ser programas para esconder la realidad del mundo sino para hacerles ver sus riquezas, su pobreza, sus carencias y sus esperanzas, porque ellos son sus protagonistas.

No se trata de ser románticos frente a una realidad tan cruel. Se trata de que aprendamos a pensar y repensar continuamente en los orígenes de los problemas de manera conjunta desde nuestras especialidades; saber detectar los fundamentos humanos, sociales y culturales que nos pueden ayudar a trabajar juntos. No podemos permitir que la niñez y la juventud sean conquistadas por estos depredadores. Todavía hay tiempo, porque todavía estamos de pie.

El autor es escritor


LAS MÁS LEÍDAS

  • Naviferias 2025: el IMA anuncia horarios y lugares del 15 al 19 de diciembre. Leer más
  • Gobierno anuncia acuerdo sobre salario mínimo: así quedarán algunas tasas por regiones. Leer más
  • Los combustibles bajarán de precio a partir de este viernes 12 de diciembre. Leer más
  • Del poder a los tribunales: los casos que cercan a altos funcionarios del gobierno de Cortizo. Leer más
  • Contraloría inicia auditoría a fondos que transfirió el MEF a gobiernos locales en el gobierno de Mulino. Leer más
  • CSS anuncia pago de pensiones y bonos especiales a jubilados el 19 de diciembre. Leer más
  • Jubilados y pensionados: así será el pago del bono navideño y permanente. Leer más