Selina, la cadena global de hoteles y espacios de co-living y co-working, que comenzó con una promesa innovadora de combinar hospitalidad con experiencias comunitarias, ha atravesado dificultades que la han llevado a enfrentarse a desafíos financieros y operativos, de hecho a finales de el mes de Julio de este año Nasdaq suspendió la cotización de las acciones de Selina en la bolsa de Nueva York. A pesar de su crecimiento explosivo desde su fundación en 2014, alcanzando más de 100 ubicaciones en diferentes partes del mundo, la empresa ha experimentado problemas que evidentemente han puesto en tela de juicio la sostenibilidad de su modelo de negocio.
Crecimiento excesivamente acelerado
Uno de los principales problemas que afectó a Selina fue su enfoque en un crecimiento agresivo. La empresa buscó expandirse rápidamente a nuevas ciudades y países, abriendo múltiples ubicaciones en un corto periodo. Si bien la expansión rápida es una estrategia válida para capturar cuota de mercado, también es riesgosa si no se acompaña de una sólida planificación financiera y operativa.
El crecimiento de Selina pareció sobrepasar su capacidad de ejecutar eficientemente, lo que llevó a problemas en la administración de las propiedades, control de calidad y satisfacción del cliente. Una expansión más gradual, con un enfoque en optimizar la operación de cada unidad antes de pasar a la siguiente, podría haber sido una estrategia más sostenible.
Modelo de negocio poco rentable
Selina se posicionaba como una opción asequible y atractiva para viajeros jóvenes y nómadas digitales, ofreciendo alojamiento, áreas de co-working y experiencias de estilo de vida. Sin embargo, el modelo de negocio de Selina, que intentaba fusionar hospitalidad, trabajo remoto y experiencias, resultó costoso de operar. Las propiedades requerían inversiones significativas en remodelaciones y mantenimientos constantes para cumplir con el estilo boutique que la marca quería ofrecer.
A pesar de atraer a un nicho de mercado específico, la generación de ingresos no parecía suficiente para cubrir los altos costos operativos. Además, la competencia en el sector de hospitalidad es feroz, y Selina tuvo dificultades para diferenciarse de otras ofertas más establecidas y, en muchos casos, más asequibles. Para mejorar esta situación, Selina podría haber ajustado su modelo, enfocándose en una mayor rentabilidad por propiedad antes de expandirse.
Impacto de la pandemia
La pandemia del COVID-19 afectó a toda la industria de la hospitalidad, y Selina no fue la excepción. La empresa, que dependía en gran medida del turismo y los viajeros internacionales, se vio gravemente afectada por la caída en la demanda. Sin embargo, la estructura financiera de Selina ya era vulnerable antes de la pandemia, lo que exacerbó la crisis.
Aunque Selina intentó adaptarse al mercado ofreciendo paquetes de estadías más largas para nómadas digitales, la disrupción del mercado fue demasiado grande. Un enfoque más diversificado, que no dependiera tanto del turismo, podría haber ayudado a mitigar el impacto de la pandemia.
Financiación excesiva y falta de rentabilidad
Selina levantó grandes sumas de capital de inversionistas privados, lo que permitió su expansión rápida. Sin embargo, la empresa no logró alcanzar la rentabilidad deseada. La dependencia de financiamiento externo sin un plan claro para volverse rentable llevó a una situación insostenible a largo plazo.
¿Qué pudo haber hecho mejor?
Selina pudo haber crecido más despacio y asegurarse de que cada hotel funcionara bien antes de abrir más. También debió enfocarse en ganar más dinero por cada lugar y no gastar tanto en remodelaciones. En lugar de depender tanto de los turistas y de recibir dinero de inversionistas, podría haber buscado otras formas de generar ingresos para ser más estable, especialmente durante la pandemia. Esto le habría ayudado a tener un mejor futuro.
Selina, con su enfoque innovador y atractivo para una generación de nómadas digitales, tenía el potencial de convertirse en una fuerza disruptiva en la industria de la hospitalidad. Sin embargo, un crecimiento desmesurado, problemas operativos y un modelo de negocio poco rentable terminaron frenando su éxito. Con una planificación más cuidadosa, una expansión más gradual y un enfoque en la rentabilidad, Selina podría haber tenido un futuro mucho más prometedor.
