Exclusivo Suscriptores

Sacrificio no es sinónimo de dar la vida por una meta

“Trabajador joven, con un mundo por delante y una fuerza imparable, ¿qué te puede pasar? Estás en tu mejor etapa, eres joven aún, yo a tu edad hacía de todo…” Estos son algunos comentarios a los que muchos jóvenes hoy en día son expuestos a diario, desde el colegio, universidad, hogar y el trabajo. El gran error de los últimos años es creer e imponer al trabajador como un ser indestructible solo porque es joven, lo cual impide que la persona logre reconocer los riesgos y fuentes potenciales de peligro que existen a su alrededor y comprender el valor de su salud por encima de todo.

Supongo que habrás escuchado algo sobre el “Burnout” o estar quemado, el cual es un agotamiento físico y mental debido al estrés y precariedad laboral; pues déjame explicarte que en 2022 ha entrado a ser parte del índice de enfermedades profesionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la enfermedad laboral por excelencia, sobre todo en jóvenes adultos. Con esto, deberíamos comprender que un trabajador no debe poner en riesgo su salud física ni mental por su empleo y menos si la persona no se siente segura al realizarlo. Sin embargo, nos encontramos con un entorno laboral en donde si no lo haces no funcionas o eres débil, porque cuidar el capital humano no parece ser el principal pilar de una organización.

Aunque creas que es una situación actual, lleva sucediendo desde hace muchos años y esto se debe principalmente a la deficiencia en el sistema educativo tradicional, donde no se les enseña a los jóvenes a poner límites, organización personal, priorizar tareas ni crear desde la primaria una cultura preventiva de riesgos que no solo se aplica en el trabajo, sino en cada momento de la vida. Los educadores juegan un papel importante, pueden motivar el desarrollo de una buena actitud y comprensión hacia la prevención de riesgos desde una temprana edad.

Por otro lado, los padres pueden apoyar a sus hijos asegurándose de que entiendan sus derechos y responsabilidades. No los obliguen a dar el doble del esfuerzo si su bienestar físico y mental está siendo vulnerado; no se trata de alarmar ni de fomentar la mediocridad en los jóvenes adultos o de obtener resultados sin esfuerzo, sino de saber imponer límites cuando el entorno se vuelve potencialmente peligroso en todos los sentidos.

Supongo que tú, que estás leyendo este mensaje, has sido el emisor de alguna expresión similar o tal vez has sido el receptor de las mismas. Quizás actualmente te encuentres en ambos roles y pienses: “aquí estoy, nada malo me ha ocurrido”. Sin embargo, te invito a reflexionar: ¿Cuánto de tu bienestar físico y mental has tenido que sacrificar para mantener la apariencia de estar bien? Seguramente mucho. Puedo imaginar que eres alguien que desea un cambio en el ámbito educativo, político, social, de salud y otros; pero quizás no te has dado cuenta de que el cambio comienza contigo mismo. Es necesario romper con esas expresiones equívocas y malos hábitos, y comprender que el sacrificio no implica dar la vida por una meta.

El autor es licenciada en salud ocupacional


LAS MÁS LEÍDAS

  • Ministerio Público investiga presunta corrupción en el otorgamiento de trabajo comunitario a La Parce. Leer más
  • Días feriados y fiestas nacionales en Panamá 2026: Calendario detallado. Leer más
  • Detienen a sujetos vinculados al Tren de Aragua y desactivan minas. Leer más
  • Grupo Cibest acuerda vender Banistmo en Panamá a Inversiones Cuscatlán. Leer más
  • Cuarto Puente sobre el Canal de Panamá: así será el Intercambiador del Este en Albrook. Leer más
  • Denuncia ante el Ministerio Público frena contrato millonario de piscinas que firmó la Alcaldía de Panamá. Leer más
  • Segunda quincena y bonos: jubilados y pensionados recibirán triple pago. Leer más