TURBA. Uno de los peones colonenses del loco decidió dejar el megáfono con el que se le vio hace unas semanas en los 4 Altos y trasladar la gritería a la Asamblea. Mañana aparecerá con unos autobuses repletos de manzanillos que no vienen precisamente a aplaudir el discurso del presidente, sino a gritar consignas en contra de la Ley 462. El dinero que financia semejante montaje se mueve entre Panamá y Colombia. ¿Será que el crimen sí paga?
TRAUMATOLOGÍA. No hay ortopeda que pueda enderezar la candidatura de Shirley Castañedas. Por tanto, toca torcer la voluntad de 36 diputados, la cantidad mínima de votos necesarios para ganar la presidencia de la Asamblea. La mano que ha entrado a dar el último tirón (con la asistencia de algún asesor de San Felipe) trae el aroma inconfundible de la oficina fiscalizadora de Avenida Balboa. Si esta maniobra quirúrgica tiene éxito, el país quedará enyesado, pagando las secuelas de una fractura institucional mal curada.
APURO. El presidente Mulino ha regresado a la carrera de España. No participó en la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas, salvo en la cena que ofrecieron anoche los reyes Felipe VI y Letizia en el Real Alcázar de Sevilla. ¿Había que someterse a semejante corredera? Desde que tomó posesión, sabe que cada 1 de julio le toca rendir un informe al país desde la Asamblea.
NOMBRE. La nueva bancada conformada por los diputados Grace Hernández, Ernesto Cedeño, José Pérez Barboni y Betserai Richards se llama “Seguimos”. ¿Eso qué significa: que siguen haciendo algo o que siguen a alguien?
BYE. La bancada de Vamos se queda, pero el que se va es su mentor. Juan Diego Vásquez se marcha esta semana a Boston a estudiar una maestría. Cuando venga de vuelta, ¿cómo rebautizará al movimiento? ¿“Regresamos”?
A LA MAR. La junta directiva de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) volvió a excluir de su agenda de reunión la decisión de no renovar la licencia de Sea Energy, una empresa vinculada a varios problemas durante la administración pasada. La indiferencia de la junta directiva representa una victoria para la empresa, ya que automáticamente obtiene una extensión que le permite seguir operando. ¿Por qué no les abren una investigación penal a todos los directivos? ¿Acaso el incumplimiento de deberes no es un delito?

