PALACETE. El diputado Luis Duke quedó estupefacto cuando fue a recorrer los pisos superiores del Palacio Justo Arosemena (donde están los aposentos de varios diputados de RM y el PRD) y unos agentes de seguridad al servicio de Benicio Robinson y Raúl Pineda le impidieron el paso. Duke sostiene que hay diputados que tienen hasta cinco oficinas en ese edificio. ¿Para qué necesitan tanto espacio? ¿Para acomodar a las “botellas” el día que vienen los auditores?
S.O.S. La noche del pasado lunes, en la reunión de junta directiva ampliada de la Asamblea, coincidieron Bolota y Betserai Richards. ¿Qué es más probable que ocurra? ¿Que la Corte emita una boleta de protección a favor de Betserai o que usted se gane la lotería? Si tiene que pensar la respuesta, eso ya es bastante preocupante.
BERRINCHE. En esa misma reunión del lunes, la bancada del mal pretendía imponer la junta directiva de varias comisiones legislativas, burlando así el artículo 45 del reglamento interno de la Asamblea, que establece que esa conformación es producto de una elección interna entre los miembros de cada comisión. ¿Qué más quiere esta gente? ¿La sanción de una ley que los canonice o los declare divinidades?
DEBERES I. Martinelli contó ayer que, durante su gobierno, se preparó una demanda contra un exministro “artista” por una presunta lesión patrimonial de más de 4 millones de dólares. Sin embargo, dicha demanda finalmente no se presentó porque un amigo le pidió “que lo dejara pasar”. Quedarse callado lo convirtió en cómplice de un delito, aunque ya nadie se escandaliza por estas confesiones. Total, otra raya no hará al tigre más rayado.
DEBERES II. Aunque no aportó el nombre del exfuncionario responsable del supuesto peculado (tampoco el del amigo que habría intercedido), Martinelli apuntó que se trata de un “ícono nacional”. Eso fue suficiente para que la sospecha recayera en Rubén Blades, quien tres días antes protestó públicamente porque el gobierno panameño solicitó una alerta roja para Saúl Méndez, pero no para Martinelli. Pero, ¿acaso pensaban que nadie notaría el doble estándar? Y no vale la excusa de que su asilo es en Colombia y que de allí (todavía...) no ha salido. ¿Acaso hay que esperar a que se escape a otro país?
