DILEMA. Benicio exclamó que, ahora que forma parte de cuatro comisiones legislativas, no sabe cómo repartirá su horario para poder participar en todas. Que se salga de la de Presupuesto y el problema queda resuelto. Seguramente hasta le sobrará tiempo.
DÚO. Los diputados Crispiano Adames y Jairo Salazar impulsan una amnistía para todos aquellos “detenidos, implicados, sindicados, procesados y/o judicializados” por protestar contra la Ley 462, de reformas a la Caja de Seguro Social. Entonces, ¿quién responde por los comercios vandalizados, los dos meses de clases perdidas y los pequeños negocios que no facturaron un solo dólar por los cierres de calles? ¿O es que Adames y Salazar solo abogan por quienes quebrantaron la ley?
ENVIADO. Si Jorge Ricardo Fábrega es el “coordinador y enlace con la Asamblea” del presidente Mulino, ¿por qué solo se le ha visto reunido con los diputados de RM y algunos de CD? ¿Por qué hay bancadas enteras que desconocían el rol institucional de Fábrega y se enteraron ayer, cuando el presidente lo dijo en su conferencia de prensa semanal? Además, cada vez que a Fábrega se le ha visto ingresando al edificio principal del Legislativo, lo hace por una puerta lateral, cerca de la clínica parlamentaria, y no por el lobby principal. Como si no quisiera que lo reconozcan o tuviera algo muy tétrico que tratar.
PROVECHO. El año pasado, el entonces director del Ifarhu, Jaime Díaz, informó al país que la entidad estaba “totalmente quebrada”, endeudada y sin recursos ni tecnología. Sin embargo, en el proyecto de presupuesto que el MEF acaba de presentar a la Asamblea, al Ifarhu se le asignan $500.1 millones para el próximo año. La cifra es muy similar a la de 2025 ($501.9 millones), pero bastante superior a los $400 millones de hace cinco años. Cuesta creer que estamos hablando de una entidad que nació con un presupuesto de apenas $17.3 millones, hace 35 años. Ya todos sabemos qué pasó de ahí en adelante...
