Esa es la teoría que nuestros gobernantes siempre utilizan para realizar sus abusos, pero la paciencia de nuestros ciudadanos tiene un límite, y del “no pasa nada” al “pasa todo”, porque siempre hay un desacierto que derrama la gota del vaso de agua. En el tiempo del “norieguismo”, fueron las declaraciones de Díaz Herrera. Sus revelaciones confirmaron lo que todos ya sabíamos.
En el gobierno de Ricardo Martinelli, fue la imposición de la llamada “ley chorizo”. Al querer arrodillar al pueblo bocatoreño, éste se le enfrentó y recibió el apoyo de todo el país; gracias a esto, no le quedó más que derogar dicho mamotreto, dejando varios muertos y unas decenas de lisiados de por vida. Hoy, el gobierno de Nito Cortizo está sufriendo las consecuencias de todos los abusos y errores que ha cometido en estos tres años de gobierno.
En plena pandemia, se realizaron actos de corrupción y abusos, como la compra de los ventiladores y el hospital modular, el aumento de la planilla estatal y gastos gubernamentales innecesarios e insultantes. Pasó la fase más critica de la pandemia, pero los abusos y el clientelismo partidario continuaron.
La prórroga del contrato leonino de Panama Port, el escándalo por los abusos de niños en los albergues, y no les importó. Luego, aumentar de manera absurda y ofensiva el presupuesto de la Asamblea Nacional en más de $145 millones, cuando podría funcionar con menos de $40 millones; el absurdo de lo actuado para favorecer a la rectora de la Unachi, desprestigiando a ese centro universitario; las licencia con sueldo de un centenar de funcionarios públicos; la permanencia del estado de emergencia para no dar explicaciones de los gastos; crear una ley de incentivos para el turismo, solo para favorecer algunos copartidarios y contribuyentes de campaña.
La creación de corregimientos, solo para complacer sus apetitos politiqueros; la creación de “mesas de trabajo” para engañar al pueblo: la de la Caja de Seguro Social, la de los medicamentos y la del bicentenario, que el costo del brindis de clausura fue otra bofetada, y en lo que va de este año, aumentar la planilla estatal en más de 30 mil funcionarios. Todo esto y mucho más han sido las causas verdaderas de la explosión social que se ha desatado en nuestro país. Otra causa fue el brindis con whisky de casi $400. Los diputados, por su nivel de descaro y poco importa, no se dieron cuenta que hay un montón de ciudadanos buscando $5 todos los días para poder alimentar a su familia. ¿Habrán pensado cómo se sintieron esos panameños y otros miles que están viendo como pagan sus casas y mantener sus pequeñas empresas? Esto es un insulto que recibimos cada uno con ese video de una “chupata”.
Señor presidente, estas son las causas de que el pueblo está en la calle. Este pueblo le ha perdido toda la credibilidad a usted y a su gobierno. Debe eliminar estos abusos; de lo contrario las protestas continuarán. Elimine el estado de emergencia para darle explicaciones de los gastos realizados por el gobierno. Disminuya en 30 días el 25% del gasto de la planilla estatal, que significa $100 millones por mes. Que la Contraloría le cierre la llave de dinero a la Asamblea Nacional de manera significativa y que su presupuesto pase a ser el 50% de lo actual. Implemente las obras que había anunciado y un plan de mantenimiento y reconstrucción de todos los planteles escolares, supervisado por entidades no gubernamentales, como la SPIA.
Si usted quiere rescatar algo de credibilidad, le sugiero que tome este camino. De lo contrario, solo usted y su gobierno serán responsables del caos que nos vendrá.
El autor es odontólogo


