Entender la crisis árabe-israelí nos debe llevar obligatoriamente al pasado, para poder comprender los eventos del presente. ¿Cuál es la razón de tantos conflictos?
Si bien es cierto no existe una respuesta única para dar responder esta pregunta, sí podemos tomar algunas consideraciones históricas y a partir de allí comenzar nuestra aproximación a la crisis que se vive en esa región del mundo que parece, por lo menos, a corto o mediano plazo, no tener fin.
Hace 400 años el Medio Oriente estaba bajo el dominio del Imperio Otomano (hoy Turquía). Este dominio finaliza al terminar la Primera Guerra Mundial al ser parte de la Triple Alianza (Alemania, Imperio Austrohúngaro e Italia), perdedores del conflicto.
Gran Bretaña y Francia, potencias vencedoras de la Primera Guerra Mundial y que ya tenían grandes dominios en otras zonas del mundo desde el siglo XIX, aprovecharon la oportunidad para conseguir el control de la zona. Para lograr ese propósito acordaron un pacto secreto conocido como “Sykes-Picot” (por el nombre de los funcionarios que lo negociaron (Mark Sykes y François Georges-Pikot), Este tratado firmado antes del fin de la Primera Guerra Mundial les permite a Francia y Gran Bretaña dividir esos territorios dentro de sus áreas de influencia para el comercio mundial.
Este tratado traza las líneas fronterizas de forma arbitraria creando a casi todos los países como se los conoce en la actualidad. Gran Bretaña se quedó con el control de las áreas desde la línea de la costa del Mar Mediterráneo hasta el Río Jordania, el sur de Irak y la zona de Palestina, aunque el acuerdo Sykes Picot no lo había establecido. Por su parte, a los franceses les tocó el sureste de Turquía, el norte de Irak, Siria y Líbano.
El gobierno británico había sugerido que se hiciera en Palestina un hogar para los judíos. En la década de 1940, tanto franceses como ingleses, abandonaron la región.
No hay dudas que Sykes-Picot creó consecuencias profundas sobre Medio Oriente, estableciendo límites que nada tenían que ver con los pueblos que lo habitaban.
Muchos estudios revelan que el conflicto en el Medio Oriente surge por la fundación del Estado de Israel, el cual no comparto del todo. Que agudizó el problema puede ser, por el nombre de los funcionarios que lo negociaron (Mark Sykes y François Georges-Pikot).
La supervivencia del judaísmo y del pueblo judío estaba amenazada no tanto por el antisemitismo como por la civilización cada vez más laica que los hacía anacrónicos. (Revista de Investigación del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales. Edu. Arg).
De acuerdo a esta revista el sionismo siempre defendió el derecho histórico que tenían los judíos de volver a la tierra prometida, lo que se denominó “derecho de retorno”. Este derecho prioritario a establecer un Estado judío en tierras palestinas se basaba, supuestamente, en la presencia primigenia del pueblo judío en esa tierra. Su justificación, consideraba que la solución para el problema judío era “el asentamiento de los judíos en su patria histórica y el candidato obvio para tal patria era, por supuesto, Palestina (Tierra de Israel).
La consecuencia de ese pensamiento dejaba en segundo plano a los árabes residentes en esos territorios desde siglos antes.
Al declarar su independencia en 1948, al día siguiente, se da la primera guerra con los árabes que no tiene visos de terminar.
El autor es especialista en relaciones internacionales

