Algunos panameños padecen de una fascinación por quienes se burlan de ley y tuercen la justicia, la clase política se hace con el poder e ignora a los ciudadanos, mientras nuestra sociedad parece experimentar un metamorfosis que amenaza con llevarnos de regreso al medievo.
Caso Durán
El ciudadano Osvaldo Lau Campos, dio a conocer el incumplimiento del excampeón mundial de boxeo, Roberto Durán y su esposa del pago de un préstamo, otorgado en 1991, relata Lau Campos. Que, a lo largo de 31 años, los beneficiados con el préstamo no han abonado ni un centavo y que luego de un proceso legal, la justicia ordenó el secuestro de la vivienda de Durán, que había sido puesta como garantía del préstamo. En 1997 se emitió el fallo, pero aún no se logra ejecutar, por tratarse Durán de una figura de alto perfil, ningún gobierno ha querido proceder con el desalojo, para no cargar con el “costo político” Ciertas personas y personajes argumentan que; “Durán le ha dado muchas glorias a Panamá, y que el país le debe mucho” tratando de justificar la actitud irresponsable, del típico “juega vivo” que se sabe amparado por la fama y la alcahuetería de parte de una sociedad que se inclina por la bellaquería y la deshonestidad, mostrando un desprecio absoluto por los principios y valores. Es cierto que Durán merece el reconocimiento por sus logros deportivos, pero no es menos cierto, que tiene el deber como todos los panameños de cumplir con sus deberes y compromisos. No debe estar por encima de la ley ni burlarse de ella.
AMUPA y la marcha a favor de Fábrega
Tras el fuerte respaldo que están dando los ciudadanos al proceso revocatorio contra el alcalde José Luis Fábrega, la Asociación de Municipios de Panamá, ha convocado a los demás alcaldes del país, así como los 679 representantes de corregimiento a una manifestación frente al Tribunal Electoral “en defensa de los gobiernos locales” con este llamado demuestran su absoluto desprecio por el poder ciudadano y pretenden mediante la presión y el chantaje burlar la voluntad de los electores.
Religión y política
El denominado Movimiento RADIX, ha cargado contra el Tribunal Electoral en los medios y redes sociales, porque la institución rechazó, parte de sus estatutos, debido a su contenido que discrimina e ignora derechos reconocidos internacionalmente y de los cuales Panamá no está exenta. Aunado a la pretensión a que se profese una religión, ya que no es licito la formación de partidos políticos que tengan por base la religión o que tiendan a destruir la forma democrática del gobierno, advirtió el Tribunal Electoral al grupo político en formación. Ya en 1992, un grupo de integrantes de las Asambleas de Dios inscribió el partido Misión de Unidad Nacional (MUN) y en 2021, se inscribió el Partido Alternativa Independiente Social (PAIS) también de tendencia evangélica y conservadora, pero esos colectivos no plantearon en sus estatutos, criterios religioso fundamentalista, como los presentados por RADIX. Mezclar religión y política en el siglo XXI, busca el reemplazo de la Democracia por la Teocracia, formas de gobierno impuestas en Irán y Afganistán. Con secuelas de muerte, persecución e imposición de arcaísmos.
El autor es comunicador social y expresidente del Colegio Nacional de Periodistas

