Existen siete candidatos a presidente para las elecciones nacionales del quinquenio 2019-2024. Cuatro representan a sus respectivos partidos políticos. Dos son independientes, no pertenecen ni representan a ningún partido político. El séptimo es miembro del Partido Panameñista, aunque dice ser un candidato independiente.
Más de la mitad de los ciudadanos inscritos para votar son independientes o simplemente no son miembros de partidos. Si todos los votantes independientes votaran por el mismo candidato independiente a presidente, ya sea por la licenciada Ana Matilde Gómez o por el licenciado Ricardo Lombana, nuestra presidencia estaría ocupada por un ciudadano o equipo de gobierno libre de los vaivenes de los partidos políticos. Por ejemplo, la repartición de espacios políticos podría simplificarse o desaparecer.
Proponemos que los dos candidatos independientes busquen y encuentren la forma de unir sus fuerzas para que los ciudadanos podamos votar por un solo candidato independiente a presidente. Juntos deben presentar un plan de gobierno único y coherente.
Mínimamente se necesitaría lo siguiente:
•Una Constitución nueva.
•Establecer vínculos respetuosos, efectivos y permanentes entre las entidades gubernamentales y los ciudadanos de comunidades, las etnias, los grupos de mujeres y hombres, los jóvenes, los múltiples gremios y otras agrupaciones para elaborar y ejecutar planes comunitarios y nacionales.
•Iniciar un plan de educación nacional para ciudadanos de todas las edades.
•Perfeccionar un plan de salud igual para todos.
¿Qué nos aflige?
Los partidos políticos en otros países se diferencian entre sí por su filosofía económica-política. En general hay conservadores y liberales, de derecha y de izquierda y tantas otras expresiones ciudadanas. Pero la mayoría de nuestros políticos parecen carecer de filosofía política. Se caracterizan por buscar el poder para enriquecerse. Las promesas de campaña son falsas. Son ineptos administradores de la cosa pública. No entienden lo que es conflicto de interés. Los ciudadanos han tratado de corregir esos y otros comportamientos indeseables, pero sin éxito. Por ejemplo:
•Han exigido que los políticos y funcionarios corruptos sean castigados según la ley. Pero los partidos protegen a sus copartidarios, aunque se conoce de sus actos ilegales.
•No han permitido que los partidos se repitan inmediatamente después de terminar su periodo de gobierno. Es decir, cada quinquenio han elegido a un partido distinto. Pero, informalmente, los partidos tienen “prácticas” de no atacar judicialmente a los miembros de otros partidos que ellos relevan. Los partidos políticos simplemente ignoran a la opinión ciudadana.
Iniciemos nuestro proceso hacía un Estado de derecho con valentía, volteando el pastel por completo. Solicitamos a los dos candidatos independientes que se pongan de acuerdo para aprovechar la votación nacional quinquenal, donde la decisión de los ciudadanos es final.
El autor es ingeniero

