De todas las aves que hoy consideramos de corral, por más que haya tratadistas recalcitrantes que se empeñen en incluirla entre la caza de pluma, ninguna es tan bella como el faisán, que goza de una espectacular belleza exterior y está lleno de bellísimas historias.
Bien, pues el faisán es, en este aspecto, de una riqueza única. Cuentan que Solón de Atenas, uno de los míticos siete sabios de Grecia, fue convocado por el rey Creso, de Lidia, quien le preguntó si había visto alguna vez algo más bello que su sala del trono, a lo que el filósofo le contestó: “He visto los faisanes en el bosque”.
En la Edad Media, se servía entero. Hoy día se prefiere la faisana, de aspecto más humilde y carnes más tiernas y jugosas que las del macho.
La receta más prestigiosa del faisán es la llamada “a la mode de Alcántara” en España.
