Los miles de turistas y exploradores que anualmente visitan la isla Granito de Oro, en el Parque Nacional de Coiba, quedan cautivados por la gran variedad de corales que no sólo representa una de las reservas más importantes del mundo, sino un inagotable campo para la investigación.
Para garantizar la vigencia de esta joya del ecosistema, ayer, la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON) entregó a la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) un estudio científico realizado en Granito de Oro, una pequeña isla con una superficie aproximada de 3 mil metros cuadrados.
El estudio fue realizado por el científico Juan Maté, de vasta experiencia con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales. La investigación recoge información que permitirá medir en el futuro si los arrecifes están sufriendo daños por el exceso de visitantes que acuden a apreciar la diversidad de la flora y la fauna marina de la isla.
Maté indicó ayer en conferencia de prensa que el estudio sugiere medidas concretas para la protección de los recursos y la reglamentación del uso de esta área del Parque Nacional Coiba, declarado recientemente por la UNESCO como "Sitio de Patrimonio Mundial".
Vicente del Cid, coordinador de los proyectos de ANCON en Coiba, dijo que con base en la investigación de Maté se ha elaborado un folleto sobre los arrecifes coralinos de la isla Granito de Oro, el cual brinda información científica y consejos para el disfrute de la belleza submarina sin causar impactos negativos al ecosistema.
En tanto, Lider Sucre, director ejecutivo del ANCON, indicó que el estudio forma parte de los programas que se vienen haciendo para promover microempresas que se están desarrollando en las comunidades costeras de las provincias de Veraguas y Chiriquí.
La isla de Coiba es un laboratorio vivo en el que han evolucionado numerosas especies, únicas en sus 15 mil años de aislamiento de tierra firme, tales como el mono aullador negro, el ñeque de Coiba, los guacamayos rojos y la colaespina de Coiba, entre otros.
