La posibilidad de ahorrar miles de dólares –y tiempo en burocracia– en el sector agropecuario se ha quedado en proyecto.
Se trata de la creación de la Autoridad Nacional de Sanidad Agropecuaria y Seguridad Alimentaria, que unificaría todas las competencias en materia de sanidad animal, vegetal, protección de alimentos, zoonosis y cuarentena agropecuaria.
La propuesta surge a raíz de la firma del tratado de promoción comercial (TPC) con Estados Unidos (EU), relata Carlos Santanach, de la Asociación de Productores de Arroz de Chiriquí. Explica que el vecino del norte afirmaba que los trámites para importar, en Panamá, son burocráticos.
El Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida), a cargo del entonces ministro Guillermo Salazar, solicitó a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la cooperación en este aspecto, y luego de casi dos años y $250 mil en capacitación y asesoría, y la elaboración de un anteproyecto de ley para mejorar esta materia, todo quedó paralizado por el cambio de un funcionario.
El ingreso de Olmedo Espino como nuevo jefe del Mida en la recta final del gobierno del ex presidente Martín Torrijos, justo cuando se calentaba la época electoral, fue una de las causantes de que la iniciativa no concluyera.
“Las cosas se complicaron antes de las elecciones; había que poner recursos económicos y no tenía presupuesto, ya era difícil retomar el tema”, comentó Espino.
La propuesta fue entregada por la FAO al Mida.
Los exportadores desean que este tema sea retomado con el nuevo gobierno, porque le ahorraría trámites y permitiría modernizar los laboratorios.
Paralelo a este proyecto, la Universidad Texas A&M –a solicitud de Impulso Panamá [programa nacional que busca aumentar la productividad y la competitividad]– hizo un estudio de la sanidad agropecuaria del país y sus conclusiones y recomendaciones son muy similares a las de la FAO. Hay una “dispersión y traslape de responsabilidades entre los entes encargados, además la falta de autonomía institucional”, indica el estudio.
Texas A & M subrayó la importancia de unificar el sistema de sanidad agropecuaria y dotarle de un “estatus institucional cuasi-autónomo”.
Sistemas similares a estas propuestas se aplican en México, Argentina, Costa Rica, Brasil, y otros países.
La Organización Mundial de Sanidad Animal, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Instituto Interamericano para la Cooperación para la Agricultura colaboraron en este tema.
