Luego de que el presidente de la República, Juan Carlos Varela, anunciara el martes pasado la posibilidad de dar refugio a inmigrantes sirios e iraquíes, la Cancillería informó ayer que adelanta reuniones con las organizaciones encargadas del tema, a fin de trazar un plan de acción en el caso de que se concrete alguna solicitud de refugio.
“En Panamá, la Cancillería ha establecido reuniones con el Comité Internacional de la Cruz Roja, el Sistema Nacional de Protección Civil y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), para valorar todas las implicaciones en cuanto a costos, logística...”, expresó Sandra Lombardo, directora de Cooperación Internacional de esa entidad.
Explicó que con esos puntos claros podrán determinar “la capacidad de Panamá y posibilidades de apoyar en esta situación humanitaria que preocupa al país”.
De igual forma, la funcionaria aseguró que el país también mantiene conversaciones con la misión de Panamá ante las Naciones Unidas –a través de las direcciones involucradas con asuntos multilaterales y de cooperación–, para conocer a profundidad el tema y cómo se está trabajando en otros países.
Esto, debido a que en las últimas semanas Europa pasa apuros para lidiar con la crisis humanitaria y política de cientos de miles de inmigrantes sirios e iraquíes que buscan escapar de los conflictos en el Medio Oriente.
En el ámbito local, las declaraciones de Varela han sido interpretadas como una “muestra de solidaridad”. No obstante, miembros de la sociedad civil organizada piden a las autoridades evaluar de cerca cualquier decisión.
Para el excanciller Jorge Ritter, Panamá debe planear el presupuesto para la movilización de refugiados de Europa al país.
Indicó que nuestra nación carece de la infraestructura logística para recibir un grupo numeroso de familias, que requieren de condiciones especiales en un ambiente tan ajeno a sus costumbres, su cultura y su lengua.
“Si bien en Panamá conviven distintas culturas y religiones, desplazamientos masivos de refugiados son difíciles de asimilar, y creo que la idea no es que permanezcan, como en Darién, en albergues especiales de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados”, precisó Ritter.
Por su parte, Juan Carlos Araúz, vicepresidente del Colegio Nacional de Abogados, manifestó que “cuando un país conoce su lugar en la comunidad internacional, la solidaridad para disminuir la agonía de seres humanos en riesgo se refleja en propuestas como la del Gobierno nacional”.
En tanto, Tayra Barsallo, exsubdirectora de Migración, calificó de “positiva” la solidaridad mostrada por el Presidente; sin embargo, dijo que hay que tomar en consideración la integración cultural de esos refugiados en la sociedad panameña.
ANUNCIAN PLAN
Mientras, otros países de América Latina que han expresado su solidaridad con los inmigrantes sirios e iraquíes anunciaron ayer su plan de acción para aceptarlos.
Por ejemplo, el canciller interino de Paraguay, Oscar Cabello Sarubbi, dijo que su gobierno “está abierto a recibir refugiados, pero en cantidades razonables, que el país pueda realmente admitir”. Chile, por su parte anunció que otorgaría refugio a unas 50 familias sirias.
En temas de refugiados, Panamá se rige por normas internacionales y nacionales como la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, y el Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados de 1967.
Asimismo, por la Ley No. 5 del 26 de octubre de 1977 de la República de Panamá, por la cual se incluyen en nuestra normativa la Convención y Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados.
