Han pasado 51 años desde que un grupo de jóvenes panameños se armó, más de valor que de armamento, y partió hacia las montañas de Santa Fe de Veraguas a luchar, de la única manera que creían posible entonces, contra las injusticias del gobierno de la época, la injerencia estadounidense en el país, y por el sueño de una patria mejor.
Y, pese a que el tiempo continúa transcurriendo, todavía este hecho, que cobró la vida de cuatro muchachos, no cuenta con el reconocimiento oficial de las autoridades. Ni siquiera los textos escolares recogen este momento de la historia panameña.

