La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia desestimó un incidente de nulidad interpuesto dentro del proceso seguido al banquero Eduardo Masferrer, su esposa, Maura Acosta, y otros, por supuesta apropiación indebida y falsedad de documento.
Tal decisión contó con el respaldo de la magistrada Graciela Dixon, ponente, y Mirtha de Pazmiño, suplente de Esmeralda de Troitiño. Jacinto Cárdenas, suplente de Winston Spadafora, salvó su voto. En septiembre de 2006, la Sala Penal revocó un fallo del Segundo Tribunal de Justicia en el que se declaraba la prescripción de este caso.
La historia se remonta a 1985, cuando el mexicano José Pineda Trinidad abrió tres cuentas en el Banco del Istmo con dos millones de dólares. Para 1988, las cuentas habían recibido 10.2 millones de dólares. Diez años después –en 1998– Pineda solicitó al banco la devolución de su dinero, pero el banco le comunicó que dos de las cuentas habían sido trasladadas a un banco de Estados Unidos y que en la tercera solo restaban unos 32 mil dólares. El traslado de los fondos se hizo mediante una nota firmada el 3 de marzo 1988 por Masferrer, su esposa, Maura (gerente y vicepresidente de operaciones internacionales de Banco del Istmo, respectivamente), y Pineda Trinidad.
Pero, en 2000 la Policía Técnica Judicial determinó que la firma de Pineda en esa nota era falsa. Inspecciones oculares posteriores dieron cuenta de irregularidades en el manejo de la documentación de las cuentas. Ello, según la Sala, resultaba suficiente para acreditar delitos contra la fe pública y contra el patrimonio.

