Rafael Luna Noguerarluna@prensa.comPor lo menos cinco o seis custodios del Sistema Penitenciario serán destituidos de sus cargos, luego de que este lunes fuera descubierta una mujer –supuestamente dedicada a la prostitución– en el interior de una celda de la cárcel de Nueva Esperanza, en la provincia de Colón.
Un parte de la Policía Nacional da cuenta de que la mujer se hallaba semidesnuda en la celda de un reo de alto perfil –cuyo nombre no fue revelado–, quien ya había sido encontrado en una situación similar el pasado mes de marzo.
El director del Sistema, Luis Gordon, dijo ayer que aún no le había llegado el parte policial con los detalles del caso, pero fue enérgico al indicar que los custodios que estaban de turno la tarde de este lunes serán destituidos, ya que para que esa mujer ingresara en las galerías –ubicadas en el tercer piso de la cárcel– tuvo que pasar por cinco o seis puntos de control y por una escalera, por lo que necesariamente debió haber sido vista.
Precisó, además, que el recluso de alto perfil y los demás ocupantes de la celda –por lo menos seis más– podrían ser trasladados a otro centro carcelario en castigo por la irregularidad.
Gordon dijo que es la primera vez en su gestión –desde 2007– que ocurre una situación similar. “Habíamos tenido un caso de una pareja que tuvo un encuentro sexual en un patio de El Renacer, pero nunca en las celdas de alojamiento de los presos”, aclaró.
En abril de 2006, se dio un escándalo en las cárceles de La Joya y La Joyita, luego de que se descubriera que supuestas abogadas vendían favores sexuales a sus clientes. El caso quedó al descubierto después de que una fiscal realizara una diligencia en ese complejo penal y viera a una de esas supuestas abogadas en una situación irregular con un interno.
En esa oportunidad, incluso, el Ministerio Público abrió una investigación cuyo resultado se desconoce, pese a que este diario intentó ayer obtener información de parte de la fiscal primera Anticorrupción, Mercedes De León, quien inició las sumarias.
Tras el escándalo, abogados que pidieron el anonimato y el presidente de la Fundación de Apoyo al Detenido, Javier Justiniani, denunciaron que la presencia de prostitutas en las cárceles era práctica común.
De acuerdo con Justiniani, las coimas que se pagaban en aquel entonces a los custodios y policías oscilaban entre 50 y 80 dólares.
