Mientras sus manos dirigen la madera que rápidamente pasa por la sierra eléctrica, su mente busca la posible solución de una tarea que tiene pendiente.
Dos y dos son cuatro, pero si se descuida podrían ser cinco los dedos de la mano que le puede amputar el aparato mecánico.
Por ello, en el poco tiempo que le queda para almorzar, aprovecha para sacar de su mochila un viejo libro de matemáticas y los cuadernos para repasar la lección recibida la noche anterior, y no llegar a la escuela “sin nada en la cabeza”.
“Trabajar así no es fácil, pues o me concentro en lo que estoy haciendo o me puede ocurrir un accidente”, dice Luis Cedeño, un estudiante de una escuela nocturna que en el día trabaja en una fábrica de hacer muebles ubicada en las afueras de la ciudad de Panamá.
A sus 30 años Luis ya tiene familia, por lo que asegura que el esfuerzo que hoy hace al trabajar y estudiar es para mejorar su situación económica y, por ende, la de los suyos, pues está convencido de que esta es la única manera de tener un mejor futuro.
Luis, quien no pudo terminar la escuela diurna por motivos familiares, es uno de los 50 mil 909 alumnos que este año lectivo estudian en todo el sistema educativo de adultos (ver cuadro: Educación de adultos).
Comenta que antes asistía todas las semanas a la escuela, en horario de 6:00 p.m. a 8:00 p.m., pero que este año el clima de inseguridad que se vive en las calles lo ha obligado a estudiar por módulos, y solo asiste tres veces a la semana.
Olga Mendieta, directora de Educación de Adultos del Ministerio de Educación (Meduca), explica que en los últimos años en las escuelas nocturnas se ha implementado la utilización de módulos con el propósito de que el educador realice una adecuación de los contenidos y estrategias propias de la educación de adultos.
Esto, indica, ha dado resultado, ya que entre un 75% y un 95% de los alumnos inscritos culminan sus estudios.
“Actualmente el promedio de graduandos es 15 de 20 alumnos matriculados que ingresan al décimo grado, así como 12 de 20, de los que ingresan al séptimo grado”, afirmó la directora de Educación de Adultos del Meduca.
En el país operan 55 centros escolares en donde se ofrece educación premedia y media a jóvenes y adultos.
La oferta va desde bachillerato en ciencias, en comercio con varias especializaciones, en letras, hasta bachiller industrial en construcción y ciclo industrial de chapistería, en refrigeración, y en forja y soldadura, entre otras.
Los centros educativos para jóvenes y adultos actualmente están laborando con la modalidad trimestral, utilizando la autoevaluación y la evaluación unidireccional.
Pese a esos avances, en estos momentos la educación nocturna ya no es tan atrayente, al menos en las áreas urbanas y semi-urbanas.
En esos lugares los centros educativos particulares ofrecen carreras más cortas y atractivas, lo que ha propiciado una deserción masiva en el sistema oficial, se informó en el Ministerio de Educación.
Curiosamente, la cantidad de jóvenes y adultos que cada año asisten a las escuelas nocturnas ha aumentado en las provincias de Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas, especialmente en las áreas de difícil acceso.
En el resto de las regiones educativas, manifestó la funcionaria, la cantidad de estudiantes ha aumentado gracias a programas como tele-educación, post alfabetización y primaria de adultos.
En todos estos casos la directora de Educación de Adultos no se aventuró a dar cifras exactas.
