Santiago Fascettosfascetto@prensa.comEl negocio es perfecto. Y, parece, está pensado por personas con mucha "visión" empresarial. El programa "Ver para aprender" que lleva adelante el despacho de la primera dama, Vivian Fernández de Torrijos, está en el ojo de la tormenta. La razón: según denunció la Asociación de Optometristas de Panamá, el programa que entrega lentes gratuitos a estudiantes de las escuelas públicas de todo el país no es una luz. Al contrario, está perjudicando la visión de los niños.
La raíz del problema quizá habría que buscarla en las fauces del proyecto: los dueños de las empresas que venden los lentes al Estado son los mismos que los recetan. Es decir, cuanto más niños usan lentes, más ganancias.
Hasta el momento, el plan controló a unos 220 mil estudiantes de escuelas públicas de la mayor parte del país.
De ese total, tras la revisión por parte de un optometrista, cerca de 20 mil se fueron a su casa con la promesa de anteojos nuevos.
La encargada del programa, Sarina Sitton de García, dijo que cada lente le cuesta al Gobierno 11 dólares, más impuestos. En total, la oficina de Fernández de Torrijos lleva gastados unos 230 mil dólares.
Pero ese monto no lo peleó un grupo de empresas ávidas de sumar dinero a sus arcas, sino que la Primera Dama se lo entregó, por contratación directa, a cuatro empresas: Medica, S.A., Laboratorios Ópticos Chiricanos, S.A., Cean International Inc. y Alpat Inc. Estas dos últimas son "gemelas": el dueño es el mismo, según consta en el Registro Público.
Para Fernández de Torrijos, la falta de un antecedente similar en Panamá le impidió llamar a una licitación pública. "Se llamó a las mejores ópticas de Panamá y ninguna nos dejaba los lentes en 11 dólares", explicó vía correo electrónico.
En la fila, parece, que detrás de las "mejores" seguían las "amigas". Así, en Chiriquí, la esposa del Presidente le reservó el negocio a la empresa Laboratorios Ópticos Chiricanos. Según el Registro Público, esa firma pertenece a María Vega de Molina, la misma profesional que se encarga de revisar a los niños y firmar las recetas, que luego ella misma lleva a su óptica para elaborar los lentes.
Aparte de cobrar 2 mil 648 dólares mensuales por su función de optometrista de la Caja de Seguro Social (CSS), Vega está cerca del calor oficial: su hermano –Mario Vega– es médico de Fernández de Torrijos.
Pero eso no es todo. El agente residente de su empresa es César Elías Sanjur, hermano de César Eliseo Sanjur, esposo de Mingthoy Giro, funcionaria de la oficina de la Primera Dama.
Lejos de ojos inquisidores, en el área de Panamá el negocio se lo llevó Betsy Amyra Leay, miembro del directorio de las firmas Cean Internacional Inc y Alpat Inc. En total, la Presidencia le giró en forma directa casi 142 mil dólares.
Aparte, Amyra Leay cobra un sueldo de 2 mil 339 dólares de la CSS. Y es la encargada de revisar a los niños del área metropolitana.

