Sofía Kalormakis de Kosmasskosmas@prensa.comLa ciudad de Panamá, con su más de un millón de habitantes, tiene apenas 37 personas para limpiar los tanques sépticos de la ciudad.
Edilberto Barrio, encargado del Departamento de Aguas Servidas del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), lo explica con matemáticas: Son 37 personas a cargo de 107 tanques sépticos distribuidos en Panamá centro, San Miguelito, Panamá oeste y las áreas revertidas.
Cada día se reciben unas 30 llamadas de personas que se quejan por obstrucciones en las líneas sanitarias. Botas, guantes, pantalones, cascos y lentes especiales son lo único que separa a los encargados de los lodos acumulados en los tanques.
El curso de las aguas
Las aguas servidas de la capital se vierten en el río o cauce más cercano a la fuente que las produce. La bahía de Panamá es su destino final. Los estudios revelan que unas 95 mil toneladas de materias contaminantes no biodegradables son vertidas cada año a los ríos y quebradas de la ciudad.
Para recolectar las aguas negras en urbanizaciones residenciales, la tendencia siempre ha sido instalar tanques sépticos. Estos tanques vienen equipados con filtros reemplazables. Barrio explica que cada dos años se deben limpiar los lodos, "pero la escasez de personal nos impide hacerlo con la frecuencia que merece".
En las áreas rurales, lo usual es que cada residencia tenga uno.
Guardianes de la bahía
El Ministerio de Salud (MINSA) está a cargo de revisar que tanto las urbanizaciones como en las empresas e industrias cumplan con las normas de sanidad para desechar las aguas negras.
La norma del despacho de salud exige que las aguas de una urbanización tengan ciertas características antes de vertirse en una alcantarilla o al mar. Ahora la ley es más cuantitativa, de manera que se puede verificar y comprobar si las normas de sanidad se cumplen o no, aseguró Darío Delgado, director de agua potable y alcantarillados sanitarios (DISAPA), una dirección del MINSA
El MINSA también otorga los permisos a compañías particulares que prestan servicios para limpiar tanques sépticos. Para ello, la institución verifica que la empresa tenga un sitio en donde disponer de los lodos sépticos en Cerro Patacón, y también vela porque se mantengan los límites de contaminación, dijo Delgado.
El problema –agregó el funcionario– es que hay personas que brindan el servicio en "clandestinidad". "Si se las denuncia y se comprueba que no cumplen la norma, la compañía será sancionada hasta con mil dólares de multa", dijo Delgado.
Para ello, la institución tiene 290 inspectores de saneamiento en el país. El área metropolitana tiene a 48 de ellos.
El proyecto de saneamiento de la bahía, por su parte, establecerá un sistema colector y una planta de tratamiento que se construirá en Juan Díaz.
Por lo pronto, para los 37 colectores de lodos las cosas se pintan un poco mejor. El año pasado el IDAAN compró cuatro camiones para succionar desperdicios, a un costo de 1.2 millón de dólares.
"Eso nos ha ayudado, pero la ciudad crece a una velocidad mayor que la capacidad que hay", dijo Barrio.