José Dolores Jaramillo nació en 1929 en Farallón, una comunidad del distrito de Antón, en la provincia de Coclé.
Allí creció y aprendió años más tarde a tejer sus redes y a pescar, para traer el pescado que luego prepararía su madre.
Desde su infancia, recuerda que la playa de Farallón –además de ser sede de los pescadores artesanales– siempre ha servido de anfitriona a las personas que buscan recrearse con el sol, la arena y el mar.
El área tiene una superficie aproximada de casi una hectárea, y allí se encuentra la Cooperativa de Pescadores de Farallón. Es este sector el único que puede utilizarse para bajar libremente a la playa, porque el desarrollo turístico y las nuevas construcciones han acordonado el sitio a tal punto, que los moradores y los bañistas temen ahora que ese lugar desaparezca y se convierta en propiedad privada.
Y es que la playa está sufriendo las amenazas de compradores ansiosos que constantemente realizan ofertas de compra a los moradores que viven alrededor del sitio. Es la belleza del lugar, explica Dolores Jaramillo, quien insiste en que el sector siempre ha estado abierto para el libre esparcimiento.
"Si la gente vende, entonces no quedaría ningún sitio público en Farallón" comenta Raymundo Ríos, morador del área.
En Farallón solo quedan unos cuatro callejones (servidumbres) para bajar hasta la playa, de casi dos kilómetros libres que anteriormente tenía.
Al "último refugio", como ahora se le llama, solo le quedan unos mil metros de playa para poder bañarse, y los visitantes temen perderla. Y es que Farallón, cuentan, es uno de los mejores sitios de mar que hay entre Panamá y Aguadulce, por lo seguro que resulta, la limpieza del lugar y su fácil acceso.
Importancia del área
El sector no solo es la sede de la Cooperativa de Pescadores de Farallón, sino que también se realiza allí la Feria del Mar, cada marzo, y se honra a la Virgen del Carmen durante las festividades de la santa.
La playa está ubicada sobre la costa pacífica del distrito de Antón, y está en medio de numerosas propiedades privadas, restaurantes, nuevas construcciones playeras, locales comerciales, y de dos cadenas de hoteles que brindan sus servicios al turismo local y al extranjero.
Para el Instituto Panameño de Turismo (Ipat), en Coclé, el hecho de que queden pocos sitios públicos de playas para el esparcimiento es preocupante: "los panameños –y también el turista extranjero– tienen el derecho de disfrutar de los recursos naturales que ofrece la provincia de Coclé", dijo Carolina Navas, su directora.
"No es saludable cerrar los sitios públicos, porque el visitante viene a compartir y a convivir con la comunidad. De lo contrario, estaríamos desplazando a la población y limitando al turismo local también", agregó la funcionaria.
Aurelio Andrión, jefe de Catastro en Coclé, confirmó que se ha recibido una oferta de titulación del área por parte de la Cooperativa.
Andrión mencionó que si se concede ese bien a la Cooperativa, la norma establece que se debe dejar una servidumbre de 10 metros de ancho para el paso público. Los pescadores señalaron que ellos dejarían el paso libre para toda la población.

