El Estado ha destinado unos 3 mil 500 millones dólares a la educación en los últimos 10 años, pero los resultados no son los que se esperaban. Así lo afirmó el ministro de Educación, Salvador Rodríguez.
Solo para 2008, el presupuesto asignado al Ministerio de Educación (Meduca) es de 904.5 millones dólares, aunque el 80% se ha destinado a funcionamiento.
Para el año 2009, el Meduca espera recibir 968.1 millones de dólares, pero igual que este año, el funcionamiento consumirá el 80% de esa cifra.
Adolfo Quintero, ex presidente del Colegio de Economistas de Panamá, señaló que, precisamente, una de las críticas más recurrentes al sector educativo panameño es que la inversión es muy alta, pero los resultados son muy pobres.
El economista dijo que el sistema necesita una restauración total, que incluya la metodología, los docentes y el entorno familiar o comunitario.
Según estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en 2004 la región destinó, en promedio, 3.9 % del gasto público a educación. Panamá, según cifras de la Contraloría General de la República, invirtió ese año 4.4% del gasto público. En 2005 el porcentaje bajó 3.5% y en 2006 bajó 3.2%.
Préstamos educativos
El presupuesto de 2009 para el Meduca incluye los primeros 7 millones de dólares de un préstamo de 35 millones que, para ejecutar en cinco años, otorgó el Banco Mundial.
Es el tercer préstamo para mejorar la calidad de la educación, que otorga a Panamá el Banco Mundial en los últimos 12 años.
El primero, también de 35 millones, fue en julio de 1996, cuando en la gestión del presidente, Ernesto Pérez Balladares, el ministro Pablo Thalassinos lanzó el Plan Decenal, cuyo objetivo era elevar la calidad y buscar la equidad de la educación básica, comprendida dentro de los 11 primeros años del sistema educativo.
Fue un proyecto que no siguió el gobierno de Mireya Moscoso , porque, según explicó la ex ministra Doris Rosas de Mata, “fue un poco literario, no encontré inicios y tampoco había sido el resultado de un consenso nacional”.
El segundo préstamo, que está en ejecución, fue dado en 2006, cuando el Banco Mundial otorgó 5 millones de dólares para que, con otros 2 millones que aportó el Estado, se mejorara la calidad y la equidad en la educación básica.
El actual préstamo, cuyo convenio fue firmado la semana pasada, tiene un objetivo similar al de los otros dos: elevar la calidad de la educación inicial no formal, la básica y la media, además de incrementar la cobertura y eficiencia de las dos últimas. Esta vez, la contrapartida del Gobierno panameño es de 7 millones de dólares.
Luego de tantos años y dinero gastado, el ministro de Educación solo atina a decir: “Bueno... se ha avanzado un poco, pero no al ritmo que el Meduca quería”.
La pobreza de la educación panameña quedó demostrada con los resultados de los estudiantes de tercero y sexto grado en el Segundo estudio regional de la calidad educativa, elaborado por la UNESCO. Entre el 30% y el 70% de los pequeños demostraron no haber adquirido los conocimientos esperados en asignaturas como ciencias, matemáticas y español.
Similares resultados mostraron las pruebas de logros que aplicó el Sistema Nacional de Calidad de la Educación (Sineca) a niños de tercero y sexto grado en 2005: los alumnos no comprenden lo que leen ni reconocen figuras geométricas.
Ante esta realidad, la esperanza del ministro es que ahora se medirán los resultados de las inversiones.
Gonzalo Ramírez De La Rosa, coordinador por parte del Banco Mundial para el más reciente préstamo, señaló que con la globalización los enfoques cambiaron, pues ahora se busca que las personas sean más competitivas, y para ello es necesaria la medición.
El próximo 20 de noviembre Panamá volverá a medirse localmente con la segunda prueba del Sineca para estudiantes de tercero y sexto grado.
Los resultados, no obstante, estarán listos el próximo año.
