El economista peruano Hernando De Soto ha dedicado gran parte de sus 64 años de vida a responder una pregunta que inquieta a todos: ¿por qué algunos países progresan y otros no?
Su respuesta ha sido ampliamente difundida en libros que se han convertido en best seller como El otro sendero o El misterio del capital.
Soto es director del Instituto Libertad Democrática –un importante centro de diseño de políticas públicas– y fue economista en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, el germen de la actual Organización Mundial del Comercio.
Este gurú de la macroeconomía asesorará al gobierno de Martín Torrijos en un tema crucial: cómo incluir a los pobres y a los informales a la economía de papeles y trámites.
La Presidencia, sin embargo, no precisó los detalles de esta asesoría. “Lo cierto es que hay muchas coincidencias entre lo que plantea de Soto y lo que está haciendo el Presidente”, dijo Jorge Sánchez, secretario de Comunicación del Gobierno.
De Soto se reunió ayer en la mañana con Torrijos y su Gabinete; fue declarado visitante ilustre por el alcalde Juan Carlos Navarro, y en la noche fue expositor en la Cena Anual por la Libertad Económica de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede). Al mediodía se reunió con algunos periodistas.
Según De Soto, el gran problema de América Latina es la exclusión, “que es la madre de la pobreza”. Cita el caso de México, donde el 50% de la población trabaja en la informalidad permanentemente, mientras que el 80% lo hace a tiempo parcial.
En Panamá, dice, las cifras que tiene hablan de 50% a 60% de la población.
Esta realidad, frente a los tratados de libre comercio, deja a los latinoamericanos sin poder aprovechar su potencial, porque se requiere tener identidad legal, lo que en la región solo alcanza al 30% o 40% de la población. “Eso da lugar a la zozobra y los candidatos presidenciales son antisistema. Ese es el caso de Bolivia, Perú y Venezuela. La gente se siente excluida del sistema de libre mercado, que evidentemente es el mejor, pero en América Latina no lo hemos sabido hacer bien”.
La clave, según De Soto, está en incluir a los excluidos y hacer que el sistema legal sea los suficientemente atractivo para que la gente ingrese y permanezca en él.
El reconocido economista asesora a México, Filipinas, Haití y Egipto; mientras se prepara para hacerlo en Albania y Panamá. En el pasado asesoró al presidente peruano Alberto Fujimori.
—¿Volvería a hacerlo?
Una persona cuyo objetivo es ayudar a integrar a los pobres tiene que aceptar los contratos de cualquier país. No elegimos presidentes. Fujimori fue electo mayoritariamente por los peruanos. Por lo tanto, si los peruanos volvieran a elegir a Alan García o a Fujimori, por supuesto que lo vamos a asesorar.
—¿Vuelve la izquierda?
—En mi libro El misterio del capital menciono lo que llamo “El fantasma de Marx”. Mi predicción era que si la economía de mercado no lograba rápidamente integrar a todo el mundo, los excluidos iban a buscar otras soluciones. Y eso es lo que parece estar pasando en Venezuela, Bolivia y Perú. No quiere decir que vendrá la antieconomía de mercado, sino que muchos movimientos políticos que trajeron la economía de mercado no van a continuar las reformas. Eso ha pasado en Estados Unidos y Europa. Lo que puede haber ocurrido es que los que hicieron la primera generación de reformas ya no tienen credibilidad y están surgiendo sus oponentes.
—¿Recetas de la derecha aplicadas por la izquierda?
—El problema es que no hay muchas alternativas. Hasta ahora no conozco un régimen alternativo a la economía de mercado que tenga éxito. Eso no quiere decir que no surgirá una alternativa. El propio presidente Hugo Chávez nos ha llamado para atender el mismo problema: cómo integrar a los informales. Me he entrevistado con él y hemos hablado de hacer esas reformas. Él ya las comenzó por su propia cuenta. Los programas de titulación de tierras más avanzados y extensivos son los de Venezuela.