Las flores de verano dan el toque especial a la isla, al dotarla de una magia encantadora.
Las calles son como las de esos pueblos fantasma. Por el día la mayor parte del ruido cesa. Solo el susurro de los niños delata la presencia humana. Es que la mayoría de los residentes viaja a la ciudad por trabajo.
El principal atractivo de Taboga es, por supuesto, la playa. Cientos de turistas locales y extranjeros viajan durante una hora en el barco El Calipso Quinn, que los traslada desde el muelle de la Playita de Amador, para disfrutar las aguas del Océano Pacífico.

