En los últimos cuatro años, específicamente en los meses de octubre y noviembre, se han registrado catastróficas inundaciones que han dejado muertos, damnificados y pérdidas materiales por arriba de los 9 millones de dólares, según informes del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc).
Rutilio Mendieta García, por ejemplo, cuenta con tristeza que hace cinco años perdió a cinco miembros de su familia cuando el río Pacora se desbordó, segando la vida de más de 50 personas y desapareciendo a otras 10.
“Nos sorprendió a las 4:00 a.m. y no hubo nada que hacer. Lo curioso es que, a pesar de estas desgracias, la gente sigue construyendo a la orilla de los ríos porque no hay donde vivir ”, explicó.
La situación, lejos de mejorar, ha ido empeorando debido a que se han sumado más áreas vulnerables al mapa de riesgo por inundación que mantenía el Sinaproc hasta el año 2008. Entre ellas: Los Caobos, San Antonio, Cerro Viento, Paitilla, Costa del Este, Avenida Balboa y Chanis (ver mapa).
Ante este panorama, el Estado panameño, con la ayuda de la Unión Europea y el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en Centro América, resolvió implementar un sistema de alerta temprana en los sectores altamente vulnerables a sufrir inundaciones.
El supervisor de Operaciones de Campo de la Empresa de Transmisión Eléctrica S.A. (ETESA), Emmanuel Aguilar, explicó que el sistema –que tiene un valor de 20 mil dólares– consta de dos partes: regletas limnimétricas graduadas (que miden el caudal de los ríos) y un marcador satelital.
Este último manda cada hora una señal a los centros de operaciones de ETESA con información puntual sobre el comportamiento de las lluvias y el crecimiento del caudal de los ríos.
“En resumen, el sistema prevé de forma oportuna la ocurrencia inminente de un fenómeno peligroso natural, que podría causar daños a las comunidades”, alegó.
Cuando hay un cambio brusco en la naturaleza, dice Aguilar, el sistema empieza a mandar señales cada 15 minutos.
En este caso, ETESA hace contacto inmediato con el Sinaproc. Este, a su vez, hace enlace con las organizaciones comunitarias que se han creado en cada sector para que confirmen la información satelital a través de las reglas limnimétricas.
“A estos ciudadanos se les capacita para que puedan leer las reglas que se instalan dentro de los caudales, y puedan mandar la información que ven por medio de unos radiotransmisores que se ubican en cada comunidad y que están interconectados con las juntas comunales de cada sector y el Sinaproc”.
El ex director general del Sinaproc Luis Sucre informó que –con un presupuesto total de 140 mil dólares– se empezó por instalar dos de estos sistemas de alerta en los ríos Cabra y Pacora.
Pero faltan por instalar los que quedaron programados para los ríos Sixaola (Bocas del Toro), Chucunaque (Darién), Tabasará (área Ngäbe-Buglé), Indio (Colón) y Juan Díaz en el área metropolitana.
Emmanuel Aguilar, de ETESA, recordó que el convenio que realizó la entidad con la National Oceanic and Atmospheric Administration de Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés) es lo que permite captar la señal digital de los sistemas de alerta temprana.
“Si las autoridades locales no velan por darle mantenimiento a estos equipos, la NOAA podría sufrir daños en sus sistemas de transmisión, lo que provocaría la rotura automática del convenio”, apuntó.
Solicitarán ‘salvavidas’ para rescatar al Sinarpoc
El director del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), Arturo Alvarado, solicitará hoy al Consejo de Gabinete un millón 200 mil dólares para sacar a flote la entidad, que está urgida de un “salvavidas”. Un ejemplo de la situación por la que atraviesa el Sinaproc es que en los patios frontal y trasero de la sede principal hay vehículos sin motor, sin llantas y sin radiador. El ex director de Sinaproc Luis Francisco Sucre aseguró ayer que, a su salida, la mayoría de los vehículos estaba funcionando, y los que no lo hacían estaban en proceso de reparación. Roberto Velásquez Abood, director de Sinaproc hasta el 30 de abril de 2008, dijo que dejó una flota de 66 vehículos comprados en 2006.
Pero los carros no son el único problema, el centro de capacitación de la entidad también está en mal estado. Sobre este aspecto, Sucre explicó que las capacitaciones se hacían en el llamado Salón Azul de ese edificio, sección que sí está en condiciones óptimas. El ex funcionario reconoció que el Centro Nacional de Documentación e Información para la Gestión de Riesgo lo tuvieron que clausurar por problemas de filtración de agua. Para repararlo, agregó, se debían invertir entre 35 mil y 40 mil dólares. En tanto, Velásquez Abood dijo que cuando llegó a Sinaproc ya había filtraciones. Dijo que los edificios son viejos, y que la entidad debe salir del área a corto plazo.
URANIA CECILIA MOLINA
