Una nueva modalidad de extorsión, que implica el uso de las redes sociales, investiga la Fiscalía Primera Superior Especializada contra la Delincuencia Organizada, despacho judicial que está a cargo del fiscal Rafael Baloyes.
Según el fiscal Baloyes, en esta novedosa técnica delincuencial, el autor del delito analiza a fondo el perfil de sus víctimas, que por lo general son hombres que usan Facebook o Linkedin, plataforma que agrupa el currículo de millones de personas de todo el mundo.
ASÍ FUNCIONA
Funciona de esta manera: una mujer, atenta, atractiva, cariñosa y que usted no conoce saluda a través de Messenger, el sistema de mensajería de Facebook.
Le pregunta aspectos básicos de su vida. Se interesa por sus gustos, aficiones. La conversación fluye. Empieza a hablar, el diálogo sube de tono poco a poco.
Ella, con sonrisa de por medio, le solicita que se conecten a través de Skype, una aplicación tecnológica que permite videoconferencias, entre otros aspectos, y que, además, se instala de manera fácil en la computadora o el celular.
La mujer se quita la ropa, enseña su cuerpo y pide que él la imite. “Es allí donde comienza el calvario”, aseguran en el Ministerio Público. Sucede que ella lo graba. “Y de manera inmediata empiezan los actos extorsivos”, manifiestan en la fiscalía.
EL ACOSO
Piden realizar una transferencia monetaria a través de Western Union, MoneyGram, entre otras, hacia Costa de Marfil, en África Occidental. Si la víctima no accede, amenazan con subir un video a todas las redes sociales con un mensaje que ligan con pornografía infantil.
“Es por eso que la víctima acepta a desprenderse de una suma de dinero. En otras ocasiones las víctimas se niegan, y los videos son subidos a la red por estas personas para ocasionar un daño moral”, asegura Baloyes.
Leandra Martínez, quien está a cargo del Centro de Recepción de Denuncias del Ministerio Público, instancia a donde llegan los casos antes de que pasen a la mesa de trabajo de la Fiscalía Superior Especializada contra la Delincuencia Organizada, asegura que por lo general, los extorsionadores solicitan una suma que oscila entre los $50 y los $15 mil, “dependiendo del nivel económico de la víctima”, manifiesta.
“Por la afectación a la intimidad es de conocimiento que muchas víctimas por miedo, temor, vergüenza no acuden a interponer las denuncias, debido a que este delito afecta a todos los estratos sociales”, planteó por su lado el fiscal Baloyes.
El fiscal pide que quien enfrente una situación similar, que denuncie el caso.
Además, instó a no aceptar solicitud de amistad de personas que no conoce, no enviar fotos ni videos que denoten actividades sexuales y sugirió también que si es víctima de esta modalidad de extorsión que no pague. “Una vez pagada la suma, nuevamente le solicitan más dinero (...)”, agregó el funcionario del Ministerio Público.
Otra de las recomendaciones que da Baloyes es que no publiquen ningún tipo de información, en tiempo real, en las redes sociales. Es decir, no diga en qué lugar está, ni en compañía de quién está.
“Nuestra normativa establece claramente que para que se configure el delito [en este caso extorsión], en el hecho investigado se requiere de la existencia de dos presupuestos: la amenaza grave, y la obligación a que otra persona realice alguna acción que le perjudique”, dice el fiscal.
OTROS
La extorsión no es la única modalidad que usan las redes sociales como vehículo para llegar a las víctimas. Por Facebook, por ejemplo, se han detectado casos de pornografía infantil, y por esa misma vía, en otros países, principalmente de Sudamérica, incluso se han concretado secuestros. Ha ocurrido en países como Argentina, México, Colombia y Perú.
