Orlando* está preocupado. Teme perder su trabajo y con ello, la fuente de ingresos que le permite a él y a un grupo de sus compañeros mantener a sus familias.
Lo que sucede es que el proyecto que se desarrolla en isla Viveros, (residencias desde 300 mil dólares) donde labora como ayudante, podría ser suspendido por disputas legales entre los propietarios.
Él es residente de la isla de San Miguel. Tiene esposa y tres hijos y cuenta que por años esa región estuvo abandonada. " Solo se acuerdan que existimos cuando se acerca la política. En San Miguel no hay más trabajo que la pesca, y ya ni pescados hay".
"La isla pareciera estar maldita. Primero la muerte de [Luigi] Argüelles, después problemas con el agua y la comida; ahora, tal vez no va a haber más trabajo por los problemas legales de los dueños", manifestó decepcionado.
OTRAS QUEJAS
La situación laboral, en palabras de Orlando, no es ideal; sin embargo, la necesidad lo obliga a implorar porque las obras no sean suspendidas.
A las disputas legales se suman las quejas por el agua que beben, la comida y el lugar en que pernoctan, que no reúne las condiciones mínimas para vivir.
Orlando aludió igualmente al tema ambiental. En isla Viveros se extrae arena sin ningún control y la devastación al entorno ecológico es enorme, subrayó.
En ese sentido, Natalia Young, directora nacional de Protección de la Calidad Ambiental de la Autoridad Nacional del Ambiente, dijo que tras la sanción que se le impuso al proyecto, se continúa fiscalizándolo y vigilando el cumplimiento de las normas ambientales.
Este medio intentó conocer la versión de Gustavo De la Cruz, de Isla Viveros Development que construye el millonario proyecto residencial, pero a pesar de varios mensajes dejados con su secretaria y de las llamadas a su teléfono celular, no respondió.
VIEJA DATA
Los problemas de isla Viveros comenzaron antes que el obrero Luigi Argüelles muriera durante un enfrentamiento, el año pasado.
Desde 1918, según documentos del Registro Público, la isla ha pasado de mano en mano, hasta hoy, en al menos 12 ocasiones. Una cuarta parte de las tierras fue vendida a Albert Wassberg, en 1971.
LAS ACUSACIONES
Según informó el bufete del abogado Carlos Carrillo Gomila, Ricardo Cucalón vendió la totalidad de la isla sin consultar a Norma Bell, heredera de Wassberg, fallecido en 1999. Incluso, dijo la fuente, "Cucalón hizo una junta de accionistas fraudulenta, con la participación de Ricardo Cucalón Icaza (hijo) y el abogado Ricardo Lasso Guevara, en la que falsificaron la firma de Bell y segregaron los terrenos".
Luego de ello, explicó, fue vendida a Isla Viveros Development en un millón de dólares, pero un avalúo de la propiedad indica que su costo es de siete millones de dólares.
Por este caso, los juzgados Segundo, Sexto y Duodécimo del Circuito de Panamá llamaron a audiencia a los Cucalón, padre e hijo, y a Lasso. Aunque solamente el hijo se ha notificado del proceso, pues su padre no lo ha hecho y el jurista acusado está en EU.
Al consultar a Ricardo Cucalón, éste se limitó a decir: " La verdad se sabrá cuando presente mis documentos del Registro Público. Ellos dirán que soy inocente... esa es mi defensa".
Entre una y otra cosa, la zozobra de Orlando va en aumento "porque podría amanecer sin trabajo".
*Nombre ficticio
Un isla, más de un dueño
. 1971: Ricardo Lasso, inscribe la venta de una cuarta parte de isla Viveros a Ricardo Cucalón.
.Junio (1971): Aparecen, en el Registro Público, las tres cuartas partes restantes también a nombre de Cucalón, quien las vende a Isla Viveros, S.A.
.1999: Norma Bell denuncia que fue despojada ilegalmente del 40% de la isla.
.2008: Se espera fecha de llamamiento a juicio.

