En noviembre de 2005 se anunció al mundo la llegada de un proyecto que buscaría lograr una transformación en la educación. Se trataba del ordenador portátil de 100 dólares, más conocido como OLPC (por las siglas en inglés de One Laptop Per Child).
A pesar de que este plan en teoría recibió una buena calificación, no ha estado exento de las críticas. “Es un proyecto educativo, no un proyecto de laptop”, aseguró en su momento Nicholas Negroponte, fundador del programa. Negroponte buscó aclarar que las laptop XO –como también se las conoce– no fueron concebidas como un “negocio”, sino que serían vendidas a los gobiernos de países en vías de desarrollo para que pudiesen distribuir los equipos en las escuelas ubicadas en áreas rurales.
Sin embargo, este aspecto estuvo en el ojo del huracán, debido a que los gobiernos que aceptaran formar parte del proyecto de la organización OLPC, deberían comprar –como mínimo– 10 mil unidades. La fundación justificó la elevada cifra, basada en que un precio tan bajo solo era posible si había una producción masiva.
Las críticas se acentuaron cuando el producto no solo fue puesto a disposición de algunas naciones, sino que su comercialización se extendió a países del primer mundo. Estas laptop entonces costaron entre 200 y 300 dólares.
DIFERENCIAS
Las empresas Microsoft e Intel, dedicadas al negocio de la informática, manifestaron su respaldo a la fundación humanitaria. Pero al poco tiempo salieron a relucir algunas diferencias como que Negroponte se negó a incluir el sistema operativo Windows Vista en los OLPC.
Por su parte, Intel cortó relaciones con el grupo tras las supuestas exigencias de Negroponte para que retirara el modelo Classmate PC del mercado, detalla www.theinquirer.es. El modelo Classmate PC es el programa educativo de Intel y que tiene las mismas características que las laptop XO, como su pequeño tamaño, durabilidad y bajo consumo energético.
Por último, varios miembros de la fundación –incluido Negroponte, que era el director ejecutivo– se salieron del proyecto y comenzaron trabajos comerciales similares. Negroponte, luego de anunciar su dimisión, dijo a BusinessWeek que “tras cinco años de dura tarea, la OLPC aún sigue siendo un proyecto sin producto, mientras que otros fabricantes se han aprovechado de su idea para firmar acuerdos millonarios con administraciones de todo el mundo”.
Resultados de las experiencias
Hasta la fecha, Uruguay, Argentina y Perú son los países en América Latina que han dado luz verde al proyecto OLPC. El programa en Uruguay se dio bajo la administración del presidente Tabaré Vázquez, y tuvo una inversión inicial de 50 millones de dólares. Con el nombre de Plan Ceibal, el proyecto en 2007 llegó a los 100 mil ordenadores entregados de manera gratuita en este país suramericano. Para 2009, el Gobierno prevé continuar la entrega de computadoras portátiles en Montevideo y su área metropolitana.
Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, son los países que están a la espera de incluir en fases posteriores, señala la organización en su sitio oficial de internet. Aunque era destinado originalmente a países en vías de desarrollo, el programa se extenderá a estudiantes necesitados de Estados Unidos.

