Cuando la Unión Europea decidió cambiar su moneda al euro, algunos países, como España, en especial, se resistieron. Era un cambio de una costumbre muy arraigada. Hoy todavía hay quienes hacen el cambio a pesetas antes de ir corriendo a pagar en euros.
Algo similar se vivirá en Panamá cuando el nuevo sistema internacional de pesos y medidas entre a regir, que solo espera la sanción del Ejecutivo.
Y entonces vendrá la confusión. Ya no será una pinta de cerveza la que compre, sino algo menos de medio litro. Y si es una libra de arroz, quizá sienta un "aumento", pues lo más cercano es medio kilo, lo que equivale a recibir 47 gramos más del grano.
Algo similar ocurriría con el combustible. Engañosamente, aparentaría que baja el precio a algo más de 80 centésimos el litro (precio actual).
Adoptar el sistema nuevo, además implica cambiar pesas y medidas de incontables negocios –incluida la yarda, que se reemplazará con el metro–, envases de productos. Y todo tendrá que ser asimilado a la carrera, como siempre.
