A medida que se acerca la hora cero, las campañas presidenciales sacan a relucir estrategias de última hora para captar votos.
El candidato de la Alianza por el Cambio, Ricardo Martinelli, por ejemplo, premió a sus futuros electores. Durante dos días –lunes y martes pasado– regaló estufas, lavadoras, neveras, DVD, colchones y otros enseres domésticos.
Su centro de campaña de Plaza Carolina, en la vía Domingo Díaz, fue el epicentro de la rebatiña de regalos preelectorales. “Usted vaya y reclame su estufa, que aquí no preguntan si uno está en el partido ni nada”, decía una esperanzada mujer la noche del pasado martes.
Mientras tanto, filas de personas salían del lugar con los electrodomésticos entre brazos. Afuera esperaban vehículos pik up, listos para llevar la carga.
¿Acaso Martinelli, el candidato que encabeza las encuestas adelantó la Navidad? No. Según explicó personal de Cambio Democrático que atendía a la gente esa noche, el candidato tuvo un cara a cara el fin de semana pasado en Santa Marta –San Miguelito–, y las invitaciones para el evento tenían un número con el que los asistentes podían reclamar un premio. Por eso, cientos de personas fueron a Plaza Carolina a buscar lo suyo. En medio de la euforia, alguien decía que fueron repartidos unos mil 500 electrodomésticos.
La candidata oficialista, Balbina Herrera, por su parte, apeló a una creativa estrategia de la cual Martinelli es experto. Preparó hot dogs en la peatonal de la Central, dialogó con los vendedores ambulantes del área y se reunió con miembros de la comunidad gay del circuito 8-7 (Bethania, Pueblo Nuevo, Ancón, etc.).
En la peatonal dijo que las personas dedicadas al trabajo informal podrán recibir, en su gobierno, préstamos que les permitan convertirse en microempresarios.
