Que uno va a recibir pronto una visita o que alguien se va morir son algunos de los mitos que se han tejido alrededor de la "bruja negra", esa mariposa grande de color chocolate que se posa en las puertas de las casas y que revolotea cuando se le molesta con una escoba.
En realidad se trata de la Ascalapha odorata, una de las 165 mil especies de mariposas que hay en el mundo, pero a la cual "la gente le tiene mucho miedo", dice la entomóloga Annette Aiello mientras busca información sobre este animal en uno de sus libros.
De estudiar por un tiempo a las plantas, esta investigadora del Instituto Smithsonian se concentró luego en los insectos: "Los primeros aparecieron en la Tierra hace alrededor de 400 millones de años y representan el 63% de los seres vivientes", indica la especialista en un texto educativo.
Pero su fascinación por las mariposas empieza a revelarse cuando abre cada uno de los 26 cajones organizados en un armario de madera. Etiquetados por familias, estos albergan especies de todos los tamaños y colores que incluyen hasta los metalizados.
Esta colección más las que está en el cuarto de al lado y la que se encuentra en Washington le han llevado casi 30 años de trabajo.
"¿Lista?", pregunta después de tomar a una mariposa de la lámina y ponerla sobre un espejo: el azul plateado y el verde fosforescente -que están por debajo del animal- destellan con la luz de la lámpara.
Y desde que empieza a enseñar la colección, Aiello no para de hablar. Explica por ejemplo que todavía es muy difícil diferenciar a algunas especies: "Se requiere de estudios moleculares para saber cómo éstas se relacionan".
Variados estilos de vida
Para que veamos al peculiar insecto volando, éste debe pasar por un proceso más conocido como metamorfosis.
Este se inicia cuando la hembra adulta deposita los huevos en una planta huésped que, luego de varios días, darán origen a una oruga.
Aiello comenta que ésta parece un gusano y que se alimenta por lo general de una o pocas especies de plantas relacionadas entre sí. Pero que para hacerse más grande y comer mejor, la larva debe mudar hasta cuatro veces su exoesqueleto.
De ese estado, la oruga se convierte en pupa (parece una bala) y deja de comer y caminar por un tiempo. Esto sucederá por lo menos durante una semana hasta transformarse en una mariposa adulta.
La experta manifiesta que existen algunas diferencias entre las mariposas diurnas y las nocturnas: las orugas de las primeras no construyen capullos durante la etapa de pupa, mientras las segundas sí lo hacen usando seda y ramitas.
Lo cierto es que ambas especies en su fase de larva "son unas auténticas máquinas de comer".
La investigadora apunta en un texto científico que los Lepidoptera (el orden al que pertenecen las mariposas) "son responsables de más del 40% de los daños causados por insectos a plantas".
Una cifra significativa teniendo en cuenta que este grupo representa solo el 20% de todas las especies de insectos.
Ahora Aiello sostiene en su mano una lupa para observar la fotografía de una mariposa que es mitad amarilla y mitad rosada.
Esto significa que el insecto es ginandromorfo (es macho y hembra a la vez) y por tanto no puede reproducirse, señala.
Así como este fenómeno, hay otras rarezas que presentan los lepidópteros y que en casos como el siguiente son un misterio. A diferencia de las hembras, algunos machos adultos se reúnen en charcos de lodo para beber sales disueltas.
Algo similar sucede con el tiempo de alimentación, afirma Aiello en una publicación reciente: los adultos de especies que toman néctar viven menos tiempo que los que consumen nitrogenados.
No obstante, existen otros tantos "que no comen nunca y que dependen de las grasas acumuladas durante las fases previas para vivir hasta la cópula y la puesta de huevos", añade.
Ni qué decir de las pequeñas mariposas que viven en las casas y que se alimentan de insectos muertos y de cabellos humanos; y de la que habita en el oso perezoso.
Pero lo más curioso quizá es que aún no hay un acuerdo total sobre cuántas familias de Lepidoptera existen, pese a que se calcula son más de 100.
De ese total, cerca de siete familias corresponden a mariposas diurnas y las otras, más de 60, son nocturnas.
"Sin embargo, sabemos mucho más sobre las diurnas. Es una lástima que sea tan poco lo que conocemos de las de noche, pues son más diversas", concluye Aiello.
(Vea INNOVA: Más de 16 mil especies de mariposas en el país)