Antes de dejar el poder, el 30 de junio, el presidente, Martín Torrijos, aseguró el asilo de los ex presidentes de Guatemala y Ecuador, Jorge Serrano Elías y Abdalá Bucaram, así como el del militar haitiano Raoul Cedras.
Pero la decisión, a juicio del director del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, Fermín Góndola, no tiene sentido. “Es improcedente, máxime porque estas personas son empresarias que ya perdieron su estatus de asilados políticos. Son ciudadanos comunes”.
Por ello, sugiere al gobierno entrante que revise el estatus de estas personas en el país. Pero el estatus, según dijo ayer el canciller Samuel Lewis Navarro a TVN, no ha cambiado. Agregó que cuando se tomó esta medida, se hizo para resolver las crisis en esos países.
El guatemalteco Serrano Elías llegó a Panamá en 1993, y es requerido por violación de la Constitución en su país (intentó cerrar el congreso), abuso de autoridad, y varios casos de corrupción.
El ecuatoriano Abdalá Bucaram fue destituido de la Presidencia por el Parlamento de su país, en 1997, acusado de “incapacidad mental para gobernar” y está asilado en Panamá desde entonces.
El ex general golpista haitiano Raoul Cedras, cuya extradición es solicitada por la justicia de su país bajo cargos de homicidio, malos tratos y detenciones ilegales, obtuvo asilo político en 1994.
Pablo Morales, presidente del Consejo Nacional por la Cultura Ética, dijo que aunque Panamá siempre ha acogido a perseguidos políticos, no está bien que se preste para dar refugio a quienes han delinquido en su país. “Creo que deben atender los casos con la justicia en su país”, manifestó.
La ex presidenta Mireya Moscoso (1999-2004), por su parte, respaldó la decisión de Torrijos. Dijo que los países que requieran a los asilados deben justificar las causales para que Panamá, como país soberano, tome una decisión. El asilo permanente otorgado por Torrijos y Lewis Navarro, esta semana, también incluye a familiares de los ex gobernantes.

