El gobierno de Martín Torrijos (2004-2009) ordenó a agentes policiales que “dejaran pasar” a guerrilleros colombianos que habían sido sorprendidos en patrullajes en la ensenada de El Guayabo y otras playas de Jaqué, provincia de Darién.
Al menos esa es la información que maneja el ministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino.
El ministro dice que en su última gira a Darién –que concluyó la noche del pasado sábado–, varios agentes del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) le contaron que recibieron la orden de “dejar pasar” a presuntos guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que fueron pillados navegando en Jaqué.
Esta situación habría ocurrido en al menos dos oportunidades.
“Me comentaron que en dos ocasiones se toparon las patrullas frente a frente. Obviamente llamaron al Presidente de la República, y les ordenaron retirarse... ¿Para qué los ponen a patrullar, si a la hora de la hora los echan para atrás?”, se preguntó Mulino.
Contó que los agentes exteriorizaron su frustración de que las autoridades “les sacaran la tabla” cuando tenían que haber actuado.
“Todas las versiones que escuché coinciden en que los dejaban pasar (a los guerrilleros). Y eso frustró enormemente al Servicio de Fronteras, que en ese tiempo no era Senafront, sino Policía Nacional”, agregó.
Mulino dijo que el testimonio que escuchó de esos agentes confirma de alguna manera lo publicado el día de ayer por La Prensa, sobre los contactos de las FARC con el gobierno de Torrijos. Sobre los vínculos con la administración de Mireya Moscoso, en cambio, dijo no poder opinar.
“De esa historia no tengo la más remota idea”, señaló.
