El principio de Onda es romántico, sí, y demoledor.
Dice Rogelio Sinán, ya en su segundo año en Roma, que él era un ave sin alas. “Entonces yo alcé el vuelo contigo, al infinito, en busca de verdad y en busca de esencia”.
El 16 de julio de 1969 diría, en algún acto público, que aquel libro de poemas, que marcaría el principio del vanguardismo en Panamá, lo tenía escrito un año antes de su publicación. Era 1928 y ocultaba sus poemas “con riguroso celo”. Sólo hacía falta publicarlo, admitiría. Y eso ocurrió en 1929.
“Tú viste desde la altura otra ave perdida, sin sus alas y bajaste a ayudarla. Yo quedé -ave sin alas - en el espacio. Y ruedo todavía hacia el abismo”.
