La Fiscalía Auxiliar ordenó ayer la detención de los seis agentes de la Policía Nacional vinculados a la muerte de los pescadores Dagoberto y Rigoberto Pérez, hecho ocurrido el pasado 20 de mayo.
Los policías se negaron ayer a rendir declaración indagatoria, amparados en el artículo 25 de la Constitución de la República, por lo que la Fiscalía Auxiliar decidió adoptar esta medida cautelar, confirmó una fuente judicial.
Los agentes enfrentan cargos de homicidio, tentativa de homicidio y plantación ilegal de pruebas. El Ministerio Público investiga por este caso a los sargentos Agustín Reyna, Héctor López, Rafael Caicedo; y los cabos Artemio Díaz, Ron Rodríguez y Rodolfo Buigoen.
Al jefe de la operación, José Castro, no se le formuló acusación.
Mientras duren las investigaciones, la Ley Orgánica de la Policía permite a los agentes investigados realizar funciones administrativas para evitar que sean enviados a centros penitenciarios.
Daniel Arroliga, uno de los cinco pescadores que viajaban en la nave Niña Evi cuando fue atacada por una patrullera de la Unidad Fluvial de la Policía, frente a las costas de Panamá Viejo, declaró que varios de los policías que estaban con pasamontañas dijeron: “Jefe, creo que nos equivocamos de lancha”.
Dijo que los encargados del operativo no aceptaron la equivocación, los arrestaron y decomisaron la lancha y toda la pesca. El peritaje de balística confirmó que una de las AK-47 utilizadas por los policías fue la que mató a uno de los pescadores.

