Desde que Jean Figali llegó a Amador, la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) no ha vuelto a ser la misma. Para empezar, ahora ya sabe, gracias a él, que sus acciones de cobro pueden ser dejadas sin efecto por algún magistrado de la Corte Suprema.
La relación de Figali con la ARI comenzó en 2001. Por entonces, cuando ocupó tierras en Amador, ostentaba el cargo de "embajador plenipotenciario". El permiso de ocupación de esas tierras se formalizó después –el 17 de enero de 2002– cuando la Contraloría refrendó el contrato en el que la ARI otorgó al Grupo F Internacional el desarrollo, inversión y arriendo de las parcelas 4, 6 y 7 en Amador. El área tiene un total de 104 mil metros cuadrados.
Ahí, Figali –como presidente del Grupo F– se comprometió a invertir 14 millones de dólares en la construcción de lo que él pomposamente denominó el "Boulevard de Alta Moda", que sería algo así como el "Rodeo Drive panameño", con boutiques de diseñadores europeos como Versace y Ferré.
Figali tenía 51 meses para hacer su inversión, pero el período caducó sin que en dicho "Boulevard" haya siquiera un Collins o La Onda, menos aún un Versace. Lo que sí se erigió allí fue un centro de convenciones, que Figali –modestamente– bautizó con su apellido y que en el 2003 acogió la elección de la Miss Universo.
El propio Figali comandó un comité para obtener la sede del concurso en Panamá. De paso, también consiguió que el certamen se celebrara en su –por entonces– inexistente centro de convenciones, que aún estaba inconcluso cuando abrió al público que pagó por ver desfilar a las candidatas.
El Gobierno le entregó un millón de dólares para montar el evento: 600 mil por alquiler de su local y 400 mil para "compensar" gastos de limpieza, mantenimiento y mano de obra. Pero hay más. Figali consiguió que la ARI le entregara una parcela vecina –la número 6– a cambio de establecer allí un parque temático: "La fiebre del oro californiano".
La Contraloría refrendó el nuevo contrato el 10 de febrero de 2004 en el que Figali ahora se comprometía a invertir 6.2 millones de dólares en 30 meses. Pero después pidió "replantear" el cronograma de desarrollo de la parcela cuando se enteró de que los cables submarinos de Global Crossing estaban cerca de donde proyectaba hacer una marina.
La vida del Grupo F en Amador transcurría plácidamente cuando el 15 de septiembre de 2004, el presidente, Martín Torrijos, nombró a Julio Ross al frente de la ARI.
Ross revisó cada contrato y encontró que el Grupo F debía millones de dólares a la ARI, en arriendos e infraestructuras. El saldo hasta ahora es de 3.6 millones de dólares. Se le otorgaron plazos para el pago de lo adeudado y le advirtieron que de no hacer los abonos se ejecutarían las fianzas y se rescindirían los contratos.
¿Cómo reaccionó Figali? Envió a sus abogados a la Corte, donde los esperaba su amigo, el magistrado Winston Spadafora. El 22 de junio, el magistrado suspendió el cobro de la ARI. Pero no era la primera vez que Figali recibía ayuda de la Corte. El 24 de marzo pasado, un fallo del suplente de Spadafora, Jacinto Cárdenas, dejó sin efecto una resolución de Ross en la que se rescindía –por incumplimiento– el contrato de Figali en la parcela 6. O sea que Figali, en Amador, ni paga ni cumple.
ASI SUCEDIERON LOS HECHOS
MARZO 2001: ARI y Grupo F firman contrato para el arriendo de las parcelas 4, 5 y 7. La Contraloría refrenda en enero de 2002.
DICIEMBRE 2003: Otro contrato da la parcela 6 al grupo. El refrendo llega en febrero de 2004.
MARZO 2005: Jacinto Cárdenas suspende una resolución de Julio Ross, rescindiendo el contrato de la parcela 6. Arturo Hoyos salva su voto.
JUNIO 2005: Winston Spadafora suspende una acción de cobro de la ARI a Grupo F. Adán Arjona salva su voto.
UN HECHO RELACIONADO
LOS COBROS:Aunque los fallos de la Corte Suprema impiden a la ARI tomar acciones, la institución sí puede continuar con las gestiones para cobrar a Grupo F lo que debe pagar contractualmente. Así, el 1 de agosto, la ARI envió cartas a Jean Figali para que honre la deuda, que ya asciende a más de 3 millones de dólares (en lo que respecta a las parcelas 4, 5 y 7) y 542 mil 494 (por el lote 6). En total, el saldo es de 3.6 millones de dólares, lo que otorga a Figali el dudoso honor de ser uno de los concesionarios con mayor morosidad.
Equiparar, equiparar...
¿Cuál fue el argumento de Winston Spadafora para suspender la acción de cobro de la ARI a Grupo F?
Una equiparación. Pero esto no tiene nada que ver con los puertos, sino con las condiciones pactadas en el contrato de la ARI con Fuerte Amador Resort & Marina. Sucede que el Grupo F quiere ahora el mismo trato que su vecino.
A su favor argumentan que en el Panamá Canal Village -como se llama ahora el proyecto- ya se han desembolsado 18.4 millones de dólares.
La ARI, en cambio, sostiene que la mayoría de los inquilinos paga 6 dólares de renta fija anual por m2, más una renta variable de 2.4% sobre sus ingresos. F, en cambio, solo paga 10 dólares por m2 al año.
