El Chorro de La Chorrera, una caída de agua de 30 metros de altura, llegó a ser antaño uno de los sitios preferidos para pasar los fines de semana y darse un chapuzón en sus aguas cristalinas.
Su belleza motivó que en la década de 1950 un grupo de cineastas estadounidenses aprovechara el escenario para filmar escenas de una película.
Hoy son pocos los que se arriesgan a meterse en las aguas –que se sospecha están contaminadas por los desperdicios que se arrojan al río Caimito– y la otrora belleza natural quedó opacada por la abundante maleza y basura. El famoso chorro toma su caudal del río Caimito, que nace en el cerro Trinidad.
Las rocas forman escalinatas en las paredes del balneario, lo que lo hace ideal para la recreación de los bañistas y de los visitantes que pasan por el lugar. Los primeros colonizadores españoles quedaron extasiados por la cantidad de pequeñas cataratas de la región y de allí nació el nombre de La Chorrera, una tierra con una población que supera los 124 mil habitantes.
Los intentos por sanear el lugar no han faltado, pero se diluyen ante la falta de apoyo y desidia de las autoridades. Edwin Olmedo, director de la Asociación Filantrópica y Ambientalista (Afan), es una de las personas que más ha luchado por rescatar El Chorro.
Bajo su iniciativa, en 1998 la organización recogió 10 mil firmas de ciudadanos que apoyaban el saneamiento del río. Luego empezó la reforestación de las 3 mil hectáreas que forman la cuenca, para revertir los efectos nocivos de la expansión de asentamientos humanos que disminuyó la vegetación.
Sin embargo, los fondos de la organización sin fines de lucro pronto se agotaron y la falta de apoyo municipal dio al traste con la iniciativa.
Luis Vega, director regional de Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), está al tanto de los intentos que se han hecho para rescatar El Chorro, pero admitió que, al menos para este año, no hay nada planificado. Señaló que la contaminación es real y se origina por los desperdicios que arrojan al río varias de las porquerizas instaladas a lo largo de la cuenca del río Caimito.
Vega aseguró que ya ha conversado con los dueños de las porquerizas y se les dio un plazo para que comiencen un proceso de adecuación ambiental que debe ayudar a solucionar la situación.
Además, la Anam contrató los servicios de una empresa consultora internacional que realiza pruebas de la calidad del agua, para determinar el grado de contaminación. Olmedo explica que Afan, la Fundación Fénix y Ambientalistas Trinidad participaron en la última reunión que se realizó con la consultora. "Una vez que se tengan las pruebas de la calidad del agua, se nos permitirá hablar con propiedad sobre la realidad del río Caimito y hacer propuestas técnicas para el saneamiento", dijo.
ASÍ SUCEDIERON LOS HECHOS
RECUERDOS: A mediados del siglo pasado, el lugar era una de las principales atracciones turísticas del país.
DESIDIA: La falta de conciencia ciudadana y la desidia de los gobiernos permitieron que las aguas del chorro fueran contaminadas con desperdicios.
CAMPAÑA: Los ciudadanos recogieron firmas para exigir a la Anam que rescate este sitio turístico del sector oeste de la provincia de Panamá.
LA NOTICIA EN RESUMEN
DETERIORO: A lo largo de la historia el chorro fue uno de los emblemas del distrito de La Chorrera. Su potencial turístico atrajo a propios y extraños. En 1991 el Consejo Municipal declaró el Chorro como "sitio de interés turístico nacional". Sin embargo, hoy el lugar luce lleno de desperdicios y sus aguas están totalmente contaminadas. Los moradores han pedido apoyo a la Anam, pero la institución ha dicho que no hay presupuesto en el 2006 para reacondicionar el sitio.

