Con Radovan Karadzic, uno de los principales responsables de la masacre de Srebrenica, enfrentando el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) en La Haya, la comunidad internacional, pero especialmente la bosnia, confía en que se empezará a hacer justicia. Pero no todo es satisfacción, falta que se complete el proceso y se castigue al acusado de genocidio y crímenes contra la Humanidad.
También se espera que caiga otro prófugo infame: Ratko Mladic.
Mladic y Goran Hadzic también han sido acusados de los “horrores” de la guerra de Bosnia.
Mladic era el jefe militar de los serbobosnios y se le acusa de genocidio y otros crímenes de guerra, al igual que a Karadzic. Fue acusado inmediatamente tras la masacre de Srebrenica en julio de 1995, pero desde hace años está prófugo, consiguió desaparecer como si la tierra se lo hubiera tragado.
Hadzic, por su parte, fue presidente de los serbios en Croacia y se le responsabiliza del asesinato de cientos de ciudadanos no serbios.
De estos dos, la presa más codiciada es el arrogante jefe militar. Tan es así que en cuanto Karadzic fue neutralizado y estuvo bajo siete llaves, la Presidencia francesa de la Unión Europea dirigió sus “cañones diplomáticos” hacia él. Los franceses “animaron” a Serbia a localizar a los “últimos inculpados” por crímenes de guerra... traducción: entreguen a Mladic y Hadzic.
Y volvieron a recordar los “incentivos” que recibirían por ayudar a la justicia: un millón de euros (millón y medio de dólares al cambio) de la UE, los cinco millones de dólares que puso sobre la mesa Estados Unidos y —sobre todo— la firma del Acuerdo de Estabilización y Asociación con la UE, primer paso hacia la adhesión a la Unión... es decir, un cupo al primer mundo. Y hay mucho interés de unirse a la pujante comunidad europea, por lo que el apresamiento de Karadzic deja disponibles más recursos para atrapar al escurridizo militar que —como Karadzic— aún es muy popular entre el pueblo serbio que los admira como a héroes que “sólo protegían la integridad de la patria”.
De hecho Mladic vivió en su propia casa de Belgrado hasta 2002 sin ser molestado, y cuando fue demasiado obvio pasó a la clandestinidad
Karadzic y Ratko Mladic, su jefe militar en la guerra bosnia entre 1992 y 1995, están acusados de la masacre de Srebrenica y por el estado de sitio de 43 meses de Sarajevo.
De los 8 mil 373 muertos y desaparecidos se sabe que mil 42 de ellos eran menores de 18 años. Se estima que unas 11 mil personas murieron en Sarajevo por ataque con morteros, fuego de francotiradores, desnutrición y enfermedades.

