Urania Cecilia Molinaumolina@prensa.comEl 3 de abril de 2005 a las 8:30 de la mañana ocurrió una tragedia. Los hermanos Luis Ernesto, Manuel Elías, Aníbal y Manuel Solís Fernández murieron cuando limpiaban el sistema de drenaje de la planta procesadora Recuperación de Proteínas S.A. (Redeprosa), ubicada en el corregimiento de Juan Díaz.
Era un domingo soleado cuando los cuatro hermanos se dirigieron a la empresa, que se dedica a reciclar plumas y tripas de aves, para realizar el trabajo de limpieza. "Era un buen camarón", dijo esta semana Teresa Cisneros, representante legal de los familiares de Manuel Solís Fernández, uno de los jóvenes que inhaló los gases tóxicos que le provocaron la muerte al igual que a sus otros tres hermanos.
Han pasado nueve meses. Marcelina Fernández, su esposo Manuel Solís y los familiares de sus hijos siguen esperando por un fallo. "Creo que no se hará justicia", dijo Manuel Solís, quien además explicó que la representación de los familiares de las víctimas no la lleva un mismo abogado.
Cisneros, como apoderado legal de los sobrevivientes de uno de los jóvenes que murió por intoxicación de gases, explicó que aunque hay varios abogados involucrados en el caso, se instruye un solo expediente.
En estos momentos, explicó Cisneros, el expediente está en la etapa de investigación y radicado en la Fiscalía Undécima. Cisneros indicó que como parte del proceso en el expediente se están incluyendo todos los oficios de las entidades que acogieron denuncias de contaminación por la empresa.
"La empresa Redeprosa ya tiene denuncias de contaminación anterior por inhalación de aire y malos olores", dijo Cisneros.
Entre las entidades que tienen que enviar información se encuentran la Autoridad Nacional del Ambiente, el Ministerio de Salud y la Defensoría del Pueblo.
Las partes solicitaron ampliar las investigaciones para que se determine el grado de responsabilidad de la empresa cuando mandaron a realizar el trabajo y el grado de seguridad que debía haber en la empresa para realizarlo.
Los hermanos Solís Fernández no eran trabajadores de la empresa al momento en que fallecieron.
Deseamos poner los correctivos para que no se repita una situación "tan lamentable como esta" y que se determine el grado de responsabilidad que la empresa tiene para con los sobrevivientes, dijo Cisneros, quien aseguró que el caso va por lo largo.
Mientras el pleito tiene sus altas y bajas, en los hogares de los cuatro muertos hay un gran vacío. Solo les queda esperar que se les hagajusticia.
