CINISMO. Hay gente que realmente tiene la cara dura. Ahora resulta que los mineros de Petaquilla "sí están pintados de verde". Al respecto, una importante aclaración: hay verdes y hay verdes. Allí están los verdes demócrata cristianos, los esperanzados o los verdes dólar. Lo mío, señores, es una guerra; una guerra contra la impunidad, la bellaquería, así como en defensa del estado de derecho y el futuro del planeta.
En esta guerra verde no está el Grupo Petaquilla que, por lo visto, ahora quiere negar –en el mejor estilo de Pedro (el discípulo)– a don Richard. ¿Cómo así que el contrato no se le otorgó al ciudadano panameño Richard Glend Fifer? Por más feo que pueda olerles ahora, su firma –así como la de la ex ministra Nitzia de Villarreal– está bien clara en la Gaceta Oficial 23235 de 1997. Y con respecto a doña Nitzia... tras una breve confusión, finalmente recordó que efectivamente lo había firmado, al tiempo que aclaraba que nada tenía que ver con la empresa. Mejor. Pero sigamos con el cinismo del flamante Grupo Petaquilla.
En el anuncio donde se declaran verdes, listan unos impuestos que, dicen, habrán de pagar. Sin embargo, la cosa es muy distinta (los invito a buscar el contrato y leerlo con paciencia) y para muestra un párrafo de la Cláusula XIV: "…mientras LA EMPRESA no haya terminado de repagar la deuda, LA EMPRESA y sus Afiliadas estarán exentas del pago de todo tipo de impuesto, tasa, cargo, gravamen, contribución o tributo que pudiera causarse por cualquier motivo en relación con el desarrollo del PROYECTO, con excepción de los impuestos municipales". Y sobre la tan cacareada ayuda social, el contrato adefesio aclara que todos esos gastos se convierten en créditos fiscales. Tremendo, ¿no? El tiempo de la patria boba ya pasó, señores mineros, y, seguramente hoy en Coclesito, durante el foro público, han sido testigos de ello.
Lina Vega Abad lina@prensa.com