Pánico e incertidumbre vivieron ayer en la mañana unas 200 personas, luego de que se registrara un incendio en el sótano tres de la torre Global Bank, en Calle 50, por razones que no han sido determinadas. No hubo heridos graves.
Fuentes del Cuerpo de Bomberos de Panamá confirmaron que el hecho se registró cerca de las 10:00 a.m. y ameritó el desalojo de todas las personas que laboraban en los 40 pisos de la estructura, entre ellas unas 25 que quedaron atrapadas en cuatro de los seis elevadores, los cuales se pararon apenas quedó inhabilitado el servicio eléctrico en todo el “sistema inteligente” de la torre bancaria.
Inicialmente se dijo que había estallado un transformador eléctrico, pero Unión Fenosa aclaró que dicho equipo no explotó ni sufrió daños internos; únicamente reportó daños externos por el calentamiento.
Algunos de los empleados desalojados se quejaron por lo que calificaron como “métodos violentos” aplicados por el personal de seguridad del edificio, que, según alegan, obligó a todos a bajar por las escaleras y estas carecen de luces de emergencia y señales visibles.
Incluso, dijeron que la de ayer fue la segunda evacuación de este año –en febrero hubo otra– e indicaron que en pisos como el 14, 20, 28, 30 y 40 ni siquiera sonaron las alarmas.
“Al principio se fue la luz, me asomé al balcón y vi la humareda. Cuando salí al pasillo, vi a la gente que desalojaba. A mí nadie me avisó”, relató Amanda Dier, quien trabaja en el piso 12.
Una visitante, que no quiso dar su nombre, dijo que estaba en el piso 32 y allí tampoco sonó la alarma, y que entre ese piso y el E-10, primero de los estacionamientos, solo vio dos lámparas prendidas. Además, contó que en el piso 30 varios hombres tuvieron que romper la puerta de las escaleras para que la gente saliera, ya que no abría.
Sasha Stanziola, quien labora en el piso 30, aseguró que el edificio no tiene ningún plan de evacuación. “Me di cuenta por una persona de mantenimiento que bajó, y al regresar no la dejaron subir y me avisó por radio”, dijo.
Stanziola detalló que las escaleras de la torre son muy angostas y apenas caben dos personas por escalón. Asimismo, reiteró que las luces de emergencia no funcionaron en casi ningún piso.
Edwin, un empleado del piso 20, tuvo que ayudar a salir a una de sus compañeras de trabajo, quien tiene ocho meses de embarazo. “Cuando llegamos al piso 10 fue que alguien nos dijo que saliéramos por los estacionamientos”, narró el joven.
