Muchos son los poemas y canciones que se le han escrito a Penonomé. Pero lo que ayer era un caserío de paredes blancas hoy se ha convertido en una gran ciudad y pocos recuerdos quedan del sitio que inspiró a tantos poetas.
De las casas de quincha con sus paredes blancas y sus tejados brillantes alrededor de la calle pavimentada que en la década de 1930 mandó a construir el presidente Juan Demóstenes Arosemena, ya no queda ninguna.
En la famosa Calle de los Forasteros hoy abundan los almacenes y negocios, las casas de las familias más reconocidas de la ciudad poco a poco han ido cediendo espacio al auge comercial que ha hecho de Penonomé la ciudad con más crecimiento económico de la provincia durante los últimos 10 años.
Sobreviven a ese crecimiento desmesurado algunas viviendas que datan de hace casi 100 años y cuya obra se le atribuye al arquitecto Tomás Monasterios, que a inicios del siglo XX impuso en Penonomé un estilo de construcción con paredes entrelazadas y muy gruesas hechas de ladrillos.
Alberto Huete, del Museo de Penonomé, señala que estudios muy incipientes indican que el conjunto arquitectónico que se inicia en la Avenida Central poco antes de la casa del insigne Simeón Cecilio Monchi Conte, hasta la casa de gobierno, incluyendo el edificio de la policía, parte de la Calle José Vásquez y la Calle Damián Carles, que a su vez conectan con el histórico Barrio de San Antonio, forman parte de la obra de Monasterios.
Obra que, según Huete, es importante rescatar y valorar en su justa dimensión, pues estos edificios cuentan parte importante de la historia del Penonomé de ayer.
Pero no existe en Penonomé ningún documento o ley que declare, proteja, conserve o considere a estos edificios como de valor cultural o histórico de la ciudad. Incluso algunos, en lo que se considera como el Casco Antiguo de la ciudad, están siendo demolidos.
Huete dice que es lastimoso que mientras otras ciudades y países están cuidando todo lo que constituye la memoria de un pueblo, acá se hayan dedicado a destruirlo. Él propugna porque, de acuerdo a su marco arquitectónico y la fecha de construcción de ciertos edificios, se emita una resolución municipal en la que se exija por lo menos el respeto de su fachada principal.
Para Benila Díaz de Conte, conservar el valor histórico de estos edificios es sumamente importante. Ella vive en una de las casas más llamativas del conjunto arquitectónico que dejó Monasterios en la Avenida Central de Penonomé.
Según nos cuenta, su casa está a punto cumplir 100 años de construida y aunque debido a los estragos del tiempo y los comejenes tuvo que hacer remodelaciones, conservó intactas las divisiones y el estilo de las viviendas de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX.
La destrucción de ciertos edificios que han sido abandonados o totalmente cambiados en su estructura ha llamado la atención de los penonomeños, que ahora se organizan para lograr que el municipio proteja lo que muchos denominan el Casco Antiguo de la ciudad.
Edificios como el que hoy día ocupa el correo fue la primera escuela de varones. Éste tiene ya más de cien años y fue construido por órdenes de Héctor Conte.
El local que ocupa el Ministerio de Salud fue la primera Escuela Mixta, y el Hogar de Niñas, que hoy pertenece al Ministerio de Desarrollo Social, fue el primer hospital de Penonomé, donde se atendía a los leprosos. Así hay otras muchas infraestructuras que tienen historias que muchos jóvenes de hoy no conocen y que algunos penonomeños ahora buscan rescatar.
Plan para conservar edificios
A través de un Acuerdo Municipal, el Municipio de Penonomé determinó la protección del conjunto monumental ubicado en el barrio de San Antonio y declara al sector Barrio Cultural e Histórico. Este es el único sector de la ciudad en donde se obliga a los dueños a mantener el estilo de las construcciones y conservar su valor histórico. Allí se encuentra ubicado el Museo de Penonomé.
Carlos Jaén, alcalde de este distrito, señaló que, producto de la preocupación de un grupo de ciudadanos de la comunidad y específicamente de la Calle Damián Carles, ha presentado un proyecto a la junta municipal de planificación para que se declare como parte del casco antiguo de la ciudad a esta calle, a la Calle Chiquita y a la Calle Nicanor Rosas. Señaló que se está estudiando incluir otras calles o edificios, de manera que se haga lo mismo que se hizo en San Antonio y se conserve estos edificios por su valor cultural e histórico.
