José Arciajarcia@prensa.comUnas 200 islas e islotes forman el Archipiélago de las Perlas: una riqueza natural donde el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) ha concentrado mayormente su actividad científica para estudiar los ecosistemas marino- costero y terrestre.
Pero los científicos no son los únicos interesados en esa zona. La industria inmobiliaria y la de extracción de minerales no metálicos también han descubierto la riqueza en esa región del Pacífico panameño que forma parte del corredor marino de conservación, que se extiende desde Costa Rica hasta Ecuador.
Los resultados de la actividad turística ya empiezan a tener repercusiones ambientales y a preocupar a ecologistas y científicos, entre ellos, al biólogo del STRI, Héctor Guzmán, quien advierte sobre un “claro suicidio ecológico”.
Desde diciembre de 2006 hasta abril de 2008, la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) ha aprobado ocho estudios de impacto ambiental (EIA) para proyectos turísticos.
En el Ministerio de Comercio e Industrias hay aprobadas cuatro concesiones para la extracción de arena submarinas, que se otorgaron entre 1994 y 2000. El viceministro de Industrias y Comercio, Manuel José Paredes, ha dicho en ocasiones anteriores que los contratos para la explotación de los recursos naturales son otorgados después de hacer las evaluaciones ambientales.
“Se realizan actividades tanto en las áreas terrestres como en el fondo del mar en un ecosistema frágil”, señala Guzmán. En varias islas del archipiélago se pretende construir “nuevas ciudades” con áreas residenciales, centros comerciales, marinas y canchas de golf, se queja Guzmán.
Es por eso que plantea la necesidad de una moratoria para crear un plan de ordenamiento territorial. Iniciativa que es apoyada por el Centro de Incidencia Ambiental (Ciam). “Es el primer paso que vemos para tratar de recuperar las áreas que se deben conservar”, dijo Leslie Marín, abogado y ambientalista de Ciam.
Estudios de biodiversidad
Para Guzmán, el panorama es más claro que las aguas del archipiélago. Los estudios científicos del STRI no solo están disponibles para las autoridades gubernamentales, sino que servirían de base para crear el plan.
Las últimas investigaciones de Guzmán fueron sobre los arrecifes. El estudio, que contó con la colaboración de la Anam y de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (Arap), fue presentado a principios de este mes y en él se cuantificaron 57 especies de coral.
En el pasado otras investigaciones realizadas por el STRI han estudiado especies de tortugas, aves y mamíferos marinos.
Guzmán dijo que se ha determinado que en el Archipiélago de las Perlas hay, al menos, 15 especies de aves endémicas, es decir que solo existen en esa región. También han descubierto que al menos 37 playas de esa zona son utilizadas por las tortugas en el período de anidación.