O todo el mundo gasta saliva en balde o George W. Bush nos está tomando el pelo. La mayoría de los países del planeta habla de paz y dice creer en soluciones diplomáticas a los problemas bélicos. También escuchamos el informe de la comisión especial estadounidense que evaluó la situación de Irak y recomendó la retirada gradual de las tropas extranjeras.
Pero el Presidente de Estados Unidos ha demostrado una vez más su sordera política y ha decidido, al más puro estilo de vaquero del viejo Oeste -como su antecesor Ronald Reagan-, morir con las botas puestas. Por eso va a mandar más tropas a Irak, por eso bombardea Somalia y crea un mando militar especial para buscar islamistas en África -Wanted-, por eso vuelve a dar un mazazo en la mesa para demostrar quién es el más fuerte.
El jueves, militares estadounidenses entraron a la fuerza en el Consulado de Irán en Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí. La explicación de Condoleezza Rice, la secretaria de Estado de Bush, fue que no van a permitir que Irán desestabilice Irak.
Parece un mal chiste porque si alguien ha desestabilizado la región hasta el cansancioes Estados Unidos, quien entró como rinoceronte en Irak y ahora no quiere salir como ratón.
En el patio
El año ha empezado mal para la geopolítica mundial y Washington está tan ocupado por aquellos lares, que ni mira a Latinoamérica, donde el presidente venezolano, Hugo Chávez, ha radicalizado su discurso y su influencia. Si por Oriente Medio están soplando tempestades, por acá empieza a formarse una marejada de consecuencias imprevisibles.
El chavismo avanza, y ahora ya sin disimulo. "Socialismo o muerte" es el lema retomado por Chávez, y muchos recuerdos afloran al oirlo.
