Manuel Vega Loomvega@prensa.com¿Qué siente cuando un compañero de trabajo, vecino, amigo, familiar o funcionario le dice: "Estamos trabajando en eso"... O bien, "espérate, que voy para allá enseguida".
Es posible que experimente diversas emociones, que pueden ir desde la desesperación hasta la incredulidad y el fastidio. Todo dependerá, claro está, de lo urgente, vital o necesaria que sea su petición.
Estas frases y otras más son tan comunes entre los panameños, que ya hasta forman parte de la idiosincrasia local. A nadie les extrañan, es cierto, pero a muchos les irritan.
DEFINICIÓN
Afirmar que estas aseveraciones, promesas y explicaciones que dicen los panameños en sus puestos de trabajo, escuelas o en su vida cotidiana son mentiras, es un poco exagerado y está lejos de la verdad.
De acuerdo con el sociólogo Raúl Leis, estas frases forman parte de los rasgos de identidad del panameño.
Leis, quien es presidente del Centro de Estudios y Acción Social Panameña y secretario general del Consejo de Educación de Adultos de América Latina, recuerda que estas excusas o promesas incluso están presentes entre los habitantes de otras regiones del mundo.
"Creo que sí hay expresiones que deben ser consideradas como falsas promesas, por ejemplo, cuando los políticos dicen ‘yo les prometo’ o expresiones alejadas de la verdad como ‘esto no lo arregla nadie’ y ‘en Panamá nadie se muere de hambre", destaca el sociólogo.
Pero muchas otras son recursos para salir "bien librado" de algo, para "torear" una situación embarazosa o a una persona insistente, o sencillamente porque se tiene pereza.
NÚMEROS
En un sondeo realizado en la edición electrónica del diario La Prensa, se les preguntó a los lectores durante toda una semana cuál era la mentira más común que habían escuchado a los panameños.
Pues bien, mil personas respondieron a la pregunta y sus respuestas fueron muy diversas. Desde "no tomo más un trago" hasta "te pago mañana". También recordaron que los políticos durante sus campañas prometen solucionar todos los problemas del país.
Una de las respuestas que más se repetían entre las personas que respondieron a la pregunta fue "préstame un dólar que te lo pago mañana".
El psiquiatra Publio Velasco explicó recientemente que aquello llamados "pideplata" –individuos que solicitan dinero sin tener un problema económico– sufren un "trastorno de personalidad o presentan rasgos de tener una personalidad sociopática".
Según Velasco, esos individuos no sienten ningún tipo de remordimiento o vergüenza al pedir dinero para cualquier cosa.
Los lectores que contestaron el sondeo en la versión electrónica del periódico, recordaron también que están cansados de oír las frases "ya estoy llegando" o "con el próximo gobierno la situación va a cambiar".
Otras promesas que se lanzan muy alegremente son aquellas como "lo llevaremos hasta las últimas consecuencias", "te llamo", "en la quincena te pago", "tranquilos, que llego a tiempo", "mañana lo resolvemos", y la preferida de los mecánicos: "mañana le entregó su vehículo".
Tampoco podían quedar por fuera: "voy y vengo", "llegué tarde por el tranque", "qué va, yo no soy político", "dile que no estoy", "es que este pueblo es masoquista", "ya yo lo sé", "tranquilo… no se preocupen estoy muy bien", "en camino" y la que él le cuenta a la novia o a la esposa: "estaba con unos amigos".

