Allan Hurtado se vistió de Santa Claus por nueve años a través de la Organización Abou Saad (Los Shriners).
En sus aventuras visitó hospitales como el Santo Tomás, el Centro Médico Paitilla, el Gorgas (cuando existía) y el Hospital del Niño.
Él cuenta que cuando se vestía de Santa Claus se olvidaba de todos sus problemas y se concentraba en los niños, en sus aventuras, en sus caras y en la alegría que demostraban al verlo. "Al verme llegar, su mente los llevaba a un lugar de tranquilidad, de alegría y de aventura".
La entrada de Santa, explica Allan, siempre tenía que estar acompañada por una sonrisa y por el famoso grito "jo jo jo".
"Los niños me decían que durante mi estadía el dolor era suplantado por alegría.
También hubo ocasiones en que Allan visitó a niños con cáncer que preguntaban por qué Dios les mandó esa enfermedad.
"Jo jo jo, te vas a poner muy bien, vas a ver", respondía Santa Claus.
Y ¿quién sabe?… dicen que la fe mueve montañas.
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