Muy cerca de Colón, en un área de 15 hectáreas, donde se respira aire fresco y el pasto crece sin afán, se alberga parte de los sueños de la Alianza Rastafari Panameña.
Precisamente en ese lugar, el movimiento de unos 300 miembros pretende construir una granja orgánica, ecológica y turística. "Que sirva para la interacción de la comunidad y sus familias", asegura Rastoro (Gilberto Toro), un investigador social que desde 1980 pertenece a esta cultura que tiene sus raíces en África.
Pero allí no terminan sus sueños. Hay otra quimera que ya están a punto de alcanzar: una oficina para la Alianza que estará ubicada en la calle 13 de Río Abajo. "Justamente un sitio donde se respira marginalidad y donde hay mucho trabajo por hacer", afirma Rastoro.
Hace algo más de 20 años la situación de la comunidad rasta en Panamá era diferente. La sociedad los discriminaba, los apartaba porque los asociaba con la marihuana y hasta los tildaban de satánicos.
ESPERANZA
Hoy el panorama es mucho más prometedor, aunque todavía hay quienes los miran "por encima del hombro". Los seguidores de Haile Selassie I (emperador de Etiopía en 1930) dicen haber logrado varias conquistas.
Están más diversificados con la entrada de un buen número de miembros de Panamá oeste (La Chorrera y Arraiján); ahora son una organización no gubernamental y han logrado darle un papel importante a la mujer.
Y el presidente de la Alianza, Carlos Seales, es asesor internacional del movimiento rasta suramericano. En estos momentos está en Jamaica.
Ser rastafari en Panamá no significa pertenecer a ninguna religión ni secta. En el país los rastafari son un movimiento con ideología social.
Los padres de esta ideología en el istmo llegaron con la construcción del Canal. Creen en la divinidad del emperador etíope Haile Selassie I, de quien dicen representaba a Dios en la Tierra, y con su coronación se cumplía una parte de la profecía de que en África sería coronado un rey negro y la liberación estaría cerca.
No comen carne roja, no consumen productos químicos y no toleran el alcohol. Usan el reggae "sin hablar de infidelidades ni de gasolina", para propagar su mensaje pacifista. Aquí trasciende el papel de Bob Marley y Kafu Banton, dos exponentes importantes de su música.
Su cabello debe crecer libre, pues su Biblia cóptica afirma que "no se debe cortar lo que del cuerpo crece". Por eso suelen usarlo en forma de dres, en referencia al guerrero masai africano que partía a la guerra con su cabello largo.
La marihuana Ganja para ellos es una hierba sagrada. Por eso su consumo es casi un ritual. Lo hacen en silencio y lejos de la mirada morbosa de los demás.

