Encerrados y obligados por el Gobierno a revelar la identidad de los accionistas de Gaming & Services de Panamá S.A. y Lucky Games S.A., ayer la empresa CIRSA Panamá informó que los supuestos titulares de las acciones son Roosevelt Lito Thayer y Enrique Pretelt.
Esto contradice lo que aseguraron los propios protagonistas de la polémica. Para entregar los documentos a la Junta de Control de Juegos (JCJ), CIRSA Panamá tardó más de 24 horas.
En 2007 Lucky Games y Gaming & Services se fusionaron. CIRSA Panamá, filial de la multinacional española, controla el 71% de las acciones.
Thayer y Pretelt (50% cada uno), tienen en su “poder” el resto de las acciones: 29%. Los supuestos propietarios, hasta ayer “ocultos”, pertenecen al círculo íntimo del ex presidente Ernesto Pérez Balladares. El primero es amigo y ex funcionario de su gobierno, y el segundo está casado con su hija Isabella Pérez Balladares.
Ayer, la propia empresa –informó una fuente oficial– entregó los certificados de acciones a la JCJ, que le exigió esa información el martes pasado.
Ahora el Ejecutivo, a través del ente rector del sector, pedirá el historial de cheques que pagaron las dos empresas en concepto de dividendos para conocer la ruta del dinero desde el inicio de las operaciones, según adelantó una fuente oficial.
Gaming & Services de Panamá y Lucky Games explotan 23 salas de máquinas tragamonedas. La primera desembolsó 20 millones de dólares para ganar la licitación pública en 1997 y, unos meses después, vendió por solo 250 mil dólares el 25% de su paquete accionario. Ahora, se conoció supuestamente que Thayer y Pretelt fueron los beneficiados con ese “regalo”. Lucky Games, en tanto, recibió una concesión directa en 1996, durante el gobierno de Pérez Balladares. Los “dueños”, detrás de un testaferro, también –dicen– eran Thayer y Pretelt.
Solo entre 2005 y 2008, Lucky Games y Gaming & Services de Panamá tuvieron ingresos por 226 millones de dólares, según el Ministerio de Economía y Finanzas.
Parte de ese dinero fue a parar, según registros bancarios que fueron entregados a La Prensa por fuentes de entero crédito, a una sociedad vinculada con el ex presidente Pérez Balladares: Shelf Holding Inc.
Los depósitos a esa cuenta los realizó Carlos González Carrasquilla, quien aparecía como único dueño de Lucky Games en los registros oficiales. Ayer se conoció que era solo un testaferro de la gente de Pérez Balladares.
VEA Parte de la verdad, revelada

