A 587 mil 632 dólares con 50 centésimos asciende la partida solicitada por la Cancillería para contratar los servicios de hoteles, salones de reuniones, banquetes, desayunos, almuerzos y profesionales de decoración para los actos de transmisión de mando del 1 de julio.
La partida fue autorizada por el Consejo Económico Nacional el 28 de mayo pasado, instancia que le exceptuó de licitación y autorizó a contratar en forma directa a la empresa Festieventos.
Los compromisos del contratista incluyen la decoración y suministros para una misa en la iglesia del Carmen, el 30 de junio; del Teatro Anayansi, donde se efectuará la transmisión de mando; del centro de convenciones Atlapa, para el traspaso de mando de ministros y viceministros; del Teatro La Huaca, para el saludo protocolar de las delegaciones al Presidente electo; comida, bebidas y decoración durante el almuerzo que ofrecerá Martinelli a jefes de Estado y príncipes invitados con sus cónyuges.
También, a la recepción que ofrecerá el vicepresidente Juan Carlos Varela a los jefes de delegaciones y sus esposas, a lo que suma el evento popular que ofrecerá el Presidente electo y la Primera Dama al pueblo.
En 1994, cuando asumió el poder el ex presidente Ernesto Pérez Balladares, se autorizó más de $1 millón para estos actos protocolares. En 1999, para la transmisión de mando de la ex presidenta Mireya Moscoso se le asignó $1.5 millón, mientras que en la toma de posesión del saliente presidente Martín Torrijos fue de unos $800 mil.
Aunque el monto de los gastos parece menor a la de los predecesores de Martinelli, en ella no se incluyen gastos de transportación y hospedaje de las delegaciones.
A la toma de posesión han confirmado los presidentes Felipe Calderón, de México; Álvaro Uribe, de Colombia; Óscar Arias, de Costa Rica, y Ma Ying-jeou, de Taiwan. Se espera la confirmación del Príncipe de Asturias.
En julio de 2008 se realizó la Cumbre de Primeras Damas de Centroamérica, uno de los eventos diplomáticos más costosos, en donde se gastaron $718 mil 693. Al encuentro estaba previsto la asistencia de ocho representantes, pero solo lo hicieron tres primeras damas, que lo convirtió en una de las cumbres más caras para el país.
Para el sociólogo Raúl Leis, lo justo sería que los actos de toma de posesión constituyeran una ceremonia sencilla y simbólica.
